miércoles, 29 de febrero de 2012

El significado del estudio


El estudio persigue dos objetivos fundamentales: Primero, la obtención de conocimientos en una o varias ramas del saber humano y segundo, la utilización práctica de estos conocimientos.

Si estudiamos historia, por ejemplo, conseguimos saber los orígenes de las antiguas y modernas civilizaciones, de sus hechos más salientes de sus pueblos y de hombres que en ellas destacaron. Con el estudio de la aritmética lograremos resolver los problemas relacionados con la misma, mientras que el estudio en un idioma nos permite hablar y escribir éste, así como el mejor conocimiento de la literatura, costumbres, etc., del pueblo que lo habla.

Entre estas dos clases de estudios no existe una gran diferencia, ya que la aplicación de los conocimientos teóricos es una continuación de los mismos, desempeñando ambos un papel muy importante en nuestra vida, pues encaminarán en el porvenir nuestra acción y nuestro pensamiento. Al estudiar la forma de hacer las cosas, y luego realizarlas, pondremos a prueba lo aprendido. Para conocer nuevos hechos utilizamos nuestra capacidad pensadora, y al pensar y actuar en nuevas materias, enriquecemos nuestro saber. Existe, sin embargo, una notable diferencia entre el estudio para la formación de una cultura y el encaminado a obtener la capacidad de ejecución necesaria para conseguir lo que nos proponemos. 

Indudablemente, es de mayor importancia la parte que concierna a nuestro desarrollo cultural. Educándonos aumentaremos nuestro poder de asimilación, es decir, la capacidad para trabajar o actuar, comprender a nuestros semejantes, leer y pensar, desarrollar los negocios, proyectar y construir, curar enfermedades, etc. El saber está subordinada a la capacidad de emplear los conocimientos, subordinación indispensable, ya que la acción y el pensamiento tienen siempre como base un sano equilibrio mental.

Una de las más valiosas facultades que hay que desarrollar es la capacidad de estudio, esto es, la capacidad que nos permite realizar la labor intelectual necesarias para resolver un problema, meditar una pregunta o conocer a fondo un método práctico de hacer las cosas. Tiene más importancia aprender a estudiar con provecho que adquirir un conjunto de conocimientos particulares. Si esa facultad proporciona a una persona la capacidad efectiva para el estudio, ya habrá triunfado aunque no consiga nada más. Si, por el contrario, el estudiante no se preocupa de aprender a estudiar, quedará incompleta la labor más importante de sus cursos escolares.

El estudio no solo incluye los conocimientos que obtenemos de los libros y de la clase, sino que comprende también las adquisiciones conseguidas por medio de la observación directa, de la experiencia y de los hechos, es decir, de nuestra actividad cotidiana. 

Saber como se estudia significa saber cómo hay que pensar, observar, concentrarse, organizar y analizar. En resumen, saber ser mentalmente eficiente. En general, el estudio comprende toda clase de investigaciones, ya que es la aplicación de la inteligencia en la tarea de comprender, controlar, dirigir el mundo que nos rodea. Aprendiendo a estudiar, aprendemos a pensar y a vivir.


De "El Arte de aprender a estudiar" por Arthur W. Kornhauser. Ediorial Iberia, Barcelona, 1957.