lunes, 30 de abril de 2012

Acerca de la probidad intelectual




LA PROBIDAD INTELECTUAL

El Instituto de Profesores “Artigas” es un centro de formación de docentes. Como ámbito académico está implicado en los códigos de la ética intelectual, además de estar sometido a las disposiciones legales vigentes de nuestra nación.

Una institución educativa terciaria constituye un ámbito de enseñanza, de aprendizaje, de investigación y se instituye como paradigma de integridad. Por tales motivos, la asunción y promoción de la honestidad intelectual opera como principio de identidad que valora el trabajo, la generación de ideas y la libertad de expresión como manifestaciones de una comunidad académica.

La probidad intelectual ha de concebirse como el conjunto de principios y valores que promueven la integridad de la persona y las prácticas honestas en la enseñanza, en el aprendizaje y en la evaluación. Factores diversos afectan la probidad académica que comprenden desde la presión de grupos en torno a intereses particulares, la copia en los exámenes hasta la apropiación no reconocida e indebida de producciones ajenas. El uso directo o indirecto de la obra o fragmentos de la obra de otra persona debe acreditarse debidamente de un modo apropiado. Si no se cumple con este requisito se da lugar al plagio, es decir, la copia ilegítima.

Debe entenderse que el plagio constituye una falta grave. En la Normativa correspondiente al Sistema Único Integrado de Formación Docente de la Dirección de Formación y Perfeccionamiento Docente, en el Capítulo I, Artículo 2, literal g, relativo a los deberes de los estudiantes se señala: “Respetar lo establecido por las Leyes 9739 y 17.616 en cuanto a los derechos de autor.”

LA PREVENCIÓN DEL PLAGIO

Diversos recursos posibilitan detectar el plagio. Para contribuir a evitarlo, el docente ha de brindar oportunas y adecuadas orientaciones entre las cuales figuran las que se enumeran a continuación.

Brindar una bibliografía apropiada y con la debida identificación (autor, título, editorial, año de edición; páginas web).

Ofrecer orientación a los estudiantes sobre la búsqueda de información en fuentes confiables. En el caso de acceso a Internet es imprescindible asegurar el acceso a sitios de reconocida calidad.

Entregar a los estudiantes pautas para la elaboración de un trabajo indicando los modos de registrar citas, hacer notas al pie y presentación de la bibliografía.

Estipular que las paráfrasis también deben referir el autor original que se ha tomado como fuente.

Identificar el texto transcripto como una cita utilizando comillas u otro formato o tamaño de letra y explicitar el autor, el documento, revista o libro o dirección electrónica de origen.


De un folletín del Instituto de Profesores Artigas de Montevideo, 2010.

sábado, 28 de abril de 2012

Las nuevas ciencias sociales



Los años comprendidos entre 1830 y 1814 se caracterizaron por el extensivo desarrollo de las ciencias sociales. Muchos de sus tópicos son relativamente nuevos. Con anterioridad al siglo XIX casi todas las tentativas del hombre encaminadas a analizar su medio social formaban parte, bien de la historia, bien de la economía o la filosofía. La primera de las ciencias sociales que se desarrollaron fue la sociología, fundada por Auguste Comte (1798-1857) y elaborada por Herbert Spencer (1820-1903). Luego vino la antropología, cimentada por James Prichard (1786-1848) y Sir Edward Burnett Taylor (1832-1917). Aunque suele definírsela sucintamente como "la ciencia del hombre", la antropología se limita al análisis de cuestiones como la evolución física del ser humano, los tipos humanos existentes, las culturas prehistóricas y las instituciones y costumbres primitivas. Hacia 1870 la psicología se separó de la filosofía, estudiándosela como ciencia aparte. Iniciada en Alemania por Wilhelm Wundt (1832-1920), fue desarrollada por los norteamericanos William James (1842-1910) y G. Stanley Hall (1846-1924). La obra del ruso Iván Pavlov (1849-1936) le imprimió una nueva orientación. Valiéndose de experimentos con animales, éste descubrió lo que se denomina "reflejos condicionados", esto es, una forma de comportamiento en la que  las reacciones naturales son producto de estimulantes artificiales. Demostró que si se alimenta a unos perros inmediatamente después de un toque de campana, con el correr del tiempo segregarán saliva al oir su tañido como si en realidad se hallaran con vista y olfato frente a su comida. Este descubrimiento sugirió que los reflejos condicionados son importantes elementos de la conducta humana. Los psicólogos centraron su atención alrededor de los experimentos fisiológicos, considerándolos como clave del conocimiento de la mente.


De "Civilizaciones de Occidente: su historia y su cultura" (IV edición) por Edward McNall Burns; Ediciones Peuser, Buenos Aires, 1953.  

jueves, 26 de abril de 2012

El fin de un milenio


Estamos en el principio de una nueva era, que se caracteriza por una gran inseguridad, por una crisis permanente y por la ausencia de cualquier tipo de status quo... Hemos de ser conscientes de que nos encontramos en una de aquellas crisis de la historia mundial que describió Jakob Burckhardt. Ésta no es menos importante que la que se produjo después de 1945, aún cuando ahora las condiciones para remontarla parecen mejores, porque no hay potencias vencedoras ni vencidas, ni siquiera en la Europa oriental.

M. STURMER en Bergedorf (1959, p.59)


Aunque el ideal terrenal del socialismo y el comunismo se halla derrumbado, los problemas que este ideal intentaba resolver permanecen: se trata de la descarada utilización social del desmesurado poder del dinero, que muchas veces dirige el curso de los acontecimientos. Y si la elección global del siglo XX no produce una seria reflexión, el inmenso torbellino rojo puede repetirse de principio a fin.

ALEXANDER SOLZHENITSYN, en New York Times, 28 de noviembre de 1993.


Para un escritor es un privilegio haber presenciado el final de tres Estados: la República de Weimar, el Estado fascista y la República Democrática Alemana. Creo que no viviré lo suficiente como para presenciar el final de la República Federal.

HEINER MÜLLER (1992, p.361)


De la "Historia del siglo XX" de Eric Hobsbawn; Editorial Crítica, VI edición, Buenos Aires, 2011.

lunes, 23 de abril de 2012

Uso y abuso de las bibliotecas públicas


La sociedad moderna ha inventado la biblioteca popular, y desde entonces estamos todos llamados a participar en el apostolado sublime. El que da un libro para el uso del pueblo, hace el pequeño don de su valor pecuniario, enciende una antorcha perenne y abre una fuente de elevados sentimientos, para ilustrar y regenerar la existencia moral e intelectual de centenares de hombres.

El objeto principal de estos organismos es, pues, hacer asequibles para las clases modestas, y aún para las indigentes, toda la inmensa obra escrita de la humanidad. Gracias a las bibliotecas, los más raros y costosos libros, a la vez que los más valiosos, pueden ser leídos por quienes no podrían nunca comprarlos. Difunden el saber entre todos los miembros de la sociedad y brindan a los estudiosos las más selectas y variadas obras de consulta y erudición.

Pero existe también el abuso de las bibliotecas, y él consiste en que gran número de personas que pueden comprar libros, no lo hacen, prefiriendo, por mezquinas razones de economía, utilizar los ejemplares que pueden leer, a su gusto y sin erogaciones, en las bibliotecas populares. Estas van, pues, indirectamente minando el amor que inspira el libro como posesión privada, que el verdadero bibliófilo gusta conservar en su propia colección, allí, a mano, para hojearlo en cualquier momento, releyendo los pasajes que más le agradaron y marcó con un trazo de su lápiz, o bien para buscar el dato, la consulta que necesita en un momento dado.

No se puede comprender bien, no puede gustar, no se puede amar íntegra, cabalmente, un libro si no lo lee dos, tres y hasta cuatro veces, y en el estado de ánimo que requiere su tema y género. ¿No os ha ocurrido que sentís como un especie de pena al tener de devolver un libro a la biblioteca popular? Hay algo en vuestro interior que clama por la conservación de ese libro. Es que, íntimamente, presentís que lo perdéis al devolverlo. Y es como si os privaran de un buen amigo, pues los buenos libros son como los buenos amigos: quisiéramos tenerlos siempre con nosotros.

Ese noble egoísmo es el que nos llena de pesar cada vez que recordamos, al levantar la vista del volumen que estamos leyendo, que estamos constreñidos a devolverlo esa misma semana, o tal vez esa misma tarde, a su anaquel en la biblioteca pública.

Por eso os aconsejo que no abuséis de la biblioteca pública. Siempre que podáis comprar un libro, adquiridlo. ¡Ojalá llegue el día en que el grado de cultura de nuestro pueblo sea tal, que la juventud gaste más dinero en libros que en los cines o en las canchas de fútbol!

Este abuso de las bibliotecas públicas, en desmedro de las privadas, aflige también a pueblos de antigua cultura. Dice un escritor inglés: "El pan de harina es bueno; pero hay otro pan, dulce como la miel, si tan solo deseas gustarlo: es un buen libro; y debe ser muy pobre la familia que ni siquiera una vez en la vida pueda pagar la cuenta de su panadero. ¡Nos consideramos una nación rica y somos tan mezquinos y torpes que nos conformamos con manosear libros en las bibliotecas populares!"

El único mal de la biblioteca pública tiene raíces en nosotros mismos, y desaparecerá cuando seamos lo suficientemente sagaces para comprender que si podemos gastar dinero en un libro, y no lo hacemos, nos perjudicamos y perjudicamos a los demás al preferir tomarlo prestado en la biblioteca pública. Y digo que  perjudicamos a los demás, porque es muy probable que haya otro lector que, no disponiendo de recursos para comprarlo, reclame con legítimo derecho ese ejemplar que nosotros, digámoslo claro, le hemos usurpado, olvidando que las bibliotecas públicas se han creado para quienes no tienen la dicha de poseerlas privadas.


De "Abriendo Horizontes" (libro de lectura para cuarto año) por H.M.E.; Editorial H.M.E., Montevideo, 1943. 

sábado, 21 de abril de 2012

La pléyade del Ateneo

Ateneo de Montevideo

Toda la actividad intlectual de aquella pléyade -antes de que la actividad política la embargara por entero- consta en los "Anales del Ateneo", publicados mensualmente desde 1881 hasta el 86, durante el lustro más brillante de su existencia. Ligada su suerte a la de los acontecimientos cívicos de la época, los Anales cesaron de aparecer al producirse la breve guerra del Quebracho, contra el gobierno militarista y despótico del general Santos, en el cual formaron, como oficiales, casi todos aquellos jóvenes intelectuales del Ateneo.

Después de aquella campaña breve y desgraciada en la que el elemento civilista fue rápidamente vencido por la superioridad militar del gobierno, la situación política se transformó, no obstante, pues el general Santos enfermó, tuvo que abandonar el poder, dando lugar a un cambio de régimen. El gobierno de cuartel había concluido, y en adelante, el elemento civil tomó las riendas del Estado. Muchos de los jóvenes ateneístas, hasta entonces alejados del gobierno, entraron a formar parte de las Cámaras y de los Ministerios. Su actividad propiamente intelectual había concluido también, salvo excepciones; no tuvieron ya tiempo ni gusto para dedicarse al reposado cultivo de las humanidades y las letras; los artículos de polémica, los debates parlamentarios, las tareas ministeriales, absorbiéndolos casi por entero; la cátedra universitaria y el bufete de abogado completaban el empleo de sus energías mentales.

Acaso no eran las letras o las humanidades su vocación imperiosa; al que tiene el verdadero temperamento de filósofo o de escritor muy difícilmente se le aparta, si no es ocasionalmente, de su destino. Pero la intelectualidad y la política han andado siempre muy ligadas y aún confundidas en nuestro país. El intelectual tomó siempre parte activa y constante en las luchas y en los negocios públicos, fue periodista, polemista, guerrillero, asambleísta, ministro; solo dedicó al cultivo de las ciencias o de las letras el tiempo y el ánimo que le restaban, al margen de la actividad política.

El tipo de "hombre de letras" -a la europea- ha sido el más raro de nuestra historia durante el siglo XIX; Acuña de Figueroa antes del 50; Magariños Cervantes y Zorrilla de San Martín hasta el 900. En el siglo actual, aumentó su número: Rodó, Vaz Ferreira, Herrera y Reissig, Sánchez, Reyles, Viana, han sido puramente o ante todo hombres de letras. Algunos, que han producido obras valiosas, en el siglo pasado, como Acevedo Díaz, las realizaron en un largo retiro de la vida política o antes de entrar en ella. En general puede decirse que en la intelectualidad uruguaya,  -y en toda época- predomina el tipo cívico.

Hombres cívicos, fueron pues, ante todo, los hombres del Ateneo, un poco por propio temperamento, un mucho por el imperio de las condiciones sociales. La carrera política era la única positiva para el intelectual uruguayo en aquellos días. Sigue siendo aún, en gran parte. Y no solo en el sentido económico, sino intelectual del mismo. Dedicarse a la filosofía, o a la ciencia pura, o a las letras, era condenarse a un estoico sacrificio de la oscuridad, resignarse a ocupar un lugar secundario en la vida del país, y en la consideración pública; la atención y la admiración de todo el país estaban puestas solo en los debates del Parlamento, en los editoriales de prensa, en la arenga del club o de la plaza, en la gestión oficial del gabinete. Solo se empezaba a ser persona importante cuando se ocupaba una banca parlamentaria o un sillón ministerial; lo demás era estar al margen de la vida.

País eminentemente político, en el Uruguay la literatura y la filosofía han tenido solo categoría de ornatos intelectuales; podían completar y abrillantar una personalidad, pero no constituirla. Compréndese pues, que no siendo imperiosa ni heroica su vocación intelectual, la pléyade del Ateneo derivase fatalmente hacia el campo político. Pero como, -y según lo hemos anotado-, la mayoría de ellos no eran precisamente políticos, en el riguroso sentido positivo del término sino solo brillantes polemistas y tribunos, lo que ellos hicieron, en mayoría, fue literatura política. Figuras tales como Carlos María Ramírez, Melián Lafinur, Sienra Carranza, Juan Carlos Blanco, Domingo Aramburú, fluctuaron siempre, en verdad, entre lo literario, lo jurídico y lo político, pudiéndose decir, también, que fueron, como su antecesor, Juan Carlos Gómez, no solo los románticos, sino también los literatos de nuestra política.

Coleccionando y seleccionando artículos y discurso podría formarse, de los mejor dotados de entre ellos, un apreciable volumen de literatura jurídica y política, parlamentaria y polémica. Notables articulistas, panfletistas y tribunos, han dejado las páginas más vigorosas y brillantes que, en tales materias, posee nuestra literatura.

En verdad, no podría decirse que han sido originales, ni en los conceptos ni en la materia; eran discípulos de los grandes oradores y polemistas franceses -e ingleses alguna vez- que se sucedieron, de fines del siglo XVIII en adelante: los Mirabeau, los Dantón, los Pittt, los Carrel, los Charles Blanc, los Girardin; y casi todas sus páginas patentizan -entre innegables rasgos de ingenio propio- la influencia normativa de estos modelos.

En general, y además de sus escritos y discursos, mantuvieron siempre estos hombres un estrecho contacto con las letras, aún cuando no las cultivaron directamente. Aplicaron su cultura y su gusto literario, no solo en la elegancia de su estilo de polemistas, sino en el aticismo de su conversación, y en la noble línea académica de todas sus actitudes. Tenía, la mayoría de aquellos hombres, el tipo esbelto y el aire solemne que muchos han conservado hasta la senectud; vestían con elegancia personal de dandys dentro de las modas de la época; sus gestos y sus frases eran siempre señoriales y tribunicias; sentados a la mesa familiar o en la tertulia íntima del club, su apostura era tan pulcra y espectable como en los escaños del Parlamento.

Aquel dandysmo doctoral de levita gris y guante lila, culminó su empaque algo pomposo hacia el 90, en la presidencia civilista de Herrera y Obes. A la mesa munificente del mandatario sentábanse en ático banquete, políticos y escritores conspicuos, mezclando el epicúreo gustar de los vinos y manjares -que disponía el experto maitre d´hotel traído de Francia- la conversación de temas filosóficos y literarios. Ciertamente que no todos eran diálogos platónicos en los salones presidenciales; también se ajetreaban allí ásperas realidades de la política criolla, se urdían intrigas palaciegas y desfilaban los compadrones del electoralismo. Mas con su aguda mirada, su porte señorial y su gran jopo al tope, Herrera dominaba a éstos como a aquellos; y probaba ser tan hábil jugador en la estrategia política, -el único político verdadero, quizás, entre todos sus colegas- como mostrábase galano y erudito en la conversación académica. 

Alberto Zum Felde


De "Proceso Intelectual del Uruguay" de Alberto Zum Felde (Tomo I: del Coloniaje al Americanismo); Ediciones del Nuevo Mundo, Montevideo, 1967.

miércoles, 18 de abril de 2012

¿Qué es un agnóstico?




por Bertrand Russell


Un agnóstico considera imposible saber la verdad en cuestiones tales como las de Dios y la vida futura, de que se ocupan el cristianismo y otras religiones. O, si no es imposible, al menos imposible en el momento presente.

¿SON AGNÓSTICOS LOS ATEOS?

No. El ateo, como el cristiano, sostiene que podemos saber si hay o no hay Dios. El cristianismo sostiene que podemos saber que existe; el ateo, que podemos saber que no existe. El agnóstico suspende todo juicio, diciendo que no hay suficientes razones ni para la afirmación ni para la negación. Al mismo tiempo, el agnóstico puede sostener que la existencia de Dios, aunque no imposible, es muy improbable; puede incluso considerarla tan improbable que no valga la pena considerarla en la práctica. En tal caso, no está muy lejos del ateísmo. Su actitud puede ser la que mantendría un filósofo cauteloso con respecto a los dioses de la Grecia antigua. Si se me pidiera que demostrase que Zeus y Poseidón y Hera y el resto de los Olímpicos no existen, me vería desamparado para encontrar argumentos concluyentes. El agnóstico puede considerar al Dios cristiano tan improbable como los olímpicos; en tal caso, y para todo propósito práctico, está en el mismo terreno que los ateos.

PUESTO QUE NIEGA USTED LA "LEY DIVINA", ¿QUÉ AUTORIDAD ACEPTA COMO NORMA DE CONDUCTA?

El agnóstico no acepta ninguna "autoridad" en el sentido en que la aceptan las personas religiosas. Estima que el hombre debe fijarse normas de conducta por sí mismo. Desde luego, procurará beneficiarse de la sabiduría de otros, pero tendrá que elegir por sí mismo las personas que considere sabias, y no tendrá por incuestionable ni siquiera lo éstas digan. Observará que lo que pasa por "ley divina" varía de vez en cuando. La Biblia dice que una mujer no debe casarse con el hermano de su esposo muerto, pero también dice que, en determinadas circunstancias, sí debe hacerlo. Si usted tiene la desgracia de ser una viuda sin hijos, con un cuñado soltero, le es a usted lógicamente imposible eludir la desobediencia a la "ley divina".

¿CÓMO SE SABE LO QUE ES BUENO Y LO QUE ES MALO? ¿QUÉ CONSIDERA PECADO EL AGNÓSTICO?

El agnóstico no está tan seguro como algunos cristianos respecto a lo que es bueno y lo que es malo. No sostiene, como sostuvieron en el pasado la mayoría de los cristianos, que las personas disconformes con el gobierno sobre abstrusos puntos de teología deban sufrir una muerte dolorosa. Está contra toda persecución  y es más bien parco en lo tocante a la condena moral.

En cuanto al "pecado", no lo juzga una noción útil. Admite, naturalmente, que una clase de conducta sea deseable u otra indeseable, pero sostiene que el castigo de la clase indeseable sólo ha de recomendarse cuando es disuasivo o reformador, no cuando se inflige por considerar que es bueno en sí mismo que lo sufran los perversos. Fue esta creencia en el castigo vengativo la que impulsó a los hombres a aceptar el infierno. Y ello es parte del daño causado por la noción del "pecado".

¿HA DE HACER EL AGNÓSTICO CUANTO LE PLACE?

En un sentido, no; en otro sentido, cada cual hace lo que le place. Supongamos, por ejemplo, que usted odia a alguien tanto, que le gustaría asesinarle. ¿Por qué no lo hace? Usted puede replicar: "Porque la religión me dice que el asesinato es pecado". Pero, como un hecho estadístico, los agnósticos no se muestran más inclinados al asesinato que otras personas; en realidad, más bien lo están menos. Tienen los mismos motivos que otras personas para abstenerse del asesinato. Con mucho, el más poderoso de esos motivos es el temor al castigo. En situaciones donde no existe la ley, tales como en una estampida causada por la fiebre del oro, toda suerte de gentes cometerán crímenes, aunque en circunstancias normales habrían respetado la ley. No se trata sólo del castigo legal efectivo; sino también del desasosiego que produce el temor de ser descubierto, y la soledad al saber que, para evitar el odio, será preciso llevar una máscara incluso ante las personas más íntimas. Y también está lo que cabe llamar "conciencia". Si alguna vez pensase usted cometer un crimen, temería el espantoso recuerdo de los últimos momentos de su víctima o del cuerpo sin vida. Todo ello, ciertamente, depende de que usted viva en el seno de una comunidad respetuosa con la ley, pero hay abundantes y seculares razones para crear y conservar una comunidad así.

He dicho que hay otro sentido en que todo hombre hace lo que le place. Nadie que no sea un necio sigue todos sus impulsos, pero lo que reprime un deseo es siempre otro deseo. Los deseos antisociales de un hombre pueden reprimirse por el deseo de agradar a Dios, pero también pueden reprimirse por el deseo de agradar a los amigos, o de merecer el respeto de su comunidad, o de poder contemplarse a sí mismo sin disgusto. Pero, si no experimenta tales deseos, los meros y abstractos preceptos de la moralidad no le mantendrán en el buen camino.

¿QUÉ OPINA EL AGNÓSTICO ACERCA DE LA BIBLIA?

Un agnóstico opina de la Biblia exactamente lo mismo que los clérigos ilustrados. No cree que sea de inspiración divina; la considera historia primitiva legendaria, y no más exactamente cierta que la relatada por Homero; opina que sus enseñanzas morales son buenas a veces, pero muy malas en ocasiones. Por ejemplo, Samuel ordenó a Saúl, en el curso de una guerra, que matase no sólo a todo hombre, mujer y niño del enemigo, sino también a todo su ganado ovino y bovino. Saúl, sin embargo, dejó con vida al ganado, y por este hecho se nos dice que le condenemos. Nunca he podido admirar a Elías por maldecir a los niños que se burlaban de él, ni creer (como afirma la Biblia) que una Deidad benevolente enviara dos osas para que matasen a los niños.

¿QUÉ OPINA UN AGNÓSTICO DE JESÚS, DEL NACIMIENTO VIRGINAL Y DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD?

Puesto que el agnóstico no cree en Dios, no puede creer que Jesús sea Dios. La mayoría de los agnósticos admiran la vida y las enseñanzas morales de Jesús según se relatan en los Evangelios, pero no necesariamente más que las de otros hombres determinados. Unos le sitúan al mismo nivel de Buda, otros le comparan con Sócrates y otros con Abraham Lincoln. Ni tampoco piensan que lo que Él dijo sea algo incuestionable, puesto que no admiten ninguna autoridad como absoluta.

Considera el parto virginal de María como una doctrina tomada de la mitología pagana, donde tales partos no eran desusados. (Se dijo que Zoroastro había nacido de una virgen; Ishtar, la diosa babilónica, es llamada la Santa Virgen). No puede dar crédito a esto, ni a la doctrina de la Santísima Trinidad, puesto que ninguna de ambas cosas es posible sin la creencia en Dios.

¿PUEDE SER CRISTIANO UN AGNÓSTICO?

La palabra "cristiano" ha tenido varios significados diferentes en épocas diferentes. Durante la mayoría de los siglos desde los tiempos de Jesucristo, ha significado una persona que creía en Dios y en la inmortalidad y sostenía que Cristo era Dios. Pero los unitarios se llaman cristianos, aunque no creen en la divinidad de Cristo, y muchas personas utilizan hoy la palabra Dios en un sentido mucho menos preciso que el que solía encerrar. Muchas gentes que dicen creer en Dios ya no se refieren a una persona, o una trinidad de personas, sino sólo a una vaga tendencia o poder o propósito inmanente en la evolución. Otros, yendo aún más lejos, entienden por "cristianismo" meramente un sistema de ética que, siendo ignorantes de la historia, se imaginan es característico de los cristianos.

Cuando, en un libro reciente, dije que lo que el mundo necesita es "amor, amor cristiano, o compasión", mucha gente pensó que eso demostraba cierto cambio en mis puntos de vista, aunque, de hecho, podría haber dicho lo mismo en cualquier momento. Si por "cristiano" se entiende un hombre que ame a su prójimo, que sienta simpatía por los que sufren y que desee ardientemente un mundo libre de las crueldades y abominaciones que lo desfiguran en el presente, entonces, ciertamente, estará justificado que se llame cristiano.Y, en este sentido, creo que se encontrarán más "cristianos" entre los agnósticos que entre los ortodoxos. Pero, por mi parte, no puedo aceptar tal definición. Al margen de otras objeciones, parece tosca a judíos, budistas, mahometanos y otros no-cristianos, quienes por lo que demuestra la historia, han sido tan capaces como los cristianos, por lo menos, de practicar las virtudes que algunos cristianos modernos reivindican arrogantemente como distintitivas de su propia religión.

También pienso que todos los que se llamaban cristianos en tiempos pasados, y una gran mayoría de quienes lo hacen así en la actualidad, consideran que la creencia en Dios y en la inmortalidad es esencial para un cristiano. En este aspecto, yo no me llamaría cristiano, y debo añadir que una agnóstico no puede ser cristiano. Pero, si la palabra "cristianismo" viene a ser generalmente utilizada para significar meramente una clase de moralidad, entonces será posible, sin duda, que un agnóstico sea cristiano.

¿NIEGA EL AGNÓSTICO QUE EL HOMBRE POSE ALMA?

Esta interrogante carece de significado preciso, a menos que demos una definición de la palabra "alma". Supongo que lo que se quiere significar con ello, aproximadamente, es algo no material, que persiste a lo largo de la vida de un persona, e incluso, para aquellos que creen en la inmortalidad, durante todo el tiempo futuro. Si esto es lo que se quiere significar, no es probable que el agnóstico crea que el hombre tiene alma. Pero debo apresurarme a añadir que esto no significa que el agnóstico deba ser materialista. Muchos agnósticos (incluyéndome yo) abrigan tantas dudas respecto a cuerpo como respecta al alma, pero ésta es una larga historia que le lleva a uno a una metafísica erizada de dificultades. Yo diría que la mente y la materia, por igual, no son más que símbolos convenientes para el discurso, pero no cosas realmente existentes.

¿CREE EL AGNÓSTICO EN EL MÁS ALLÁ, EN EL CIELO O EL INFIERNO?

La cuestión de si la gente sobrevive a la muerte es una cuestión con respecto a la cual es posible la demostración. Muchos piensan que la investigación psíquica y el espiritismo proporcionan esa demostración. El agnóstico, como tal, no adopta un criterio respecto a  la supervivencia, a menos que piense que hay pruebas en un sentido u otro. Por mi parte, no pienso que haya ninguna razón sólida para creer que sobrevivimos a la muerte, pero estoy abierto a la convicción si aparecen pruebas adecuadas.

El cielo y el infierno son cuestiones diferentes.  La creencia en el infierno está ligada a la creencia de que el castigo vengativo del pecado es cosa buena, independiente por completo de todo efecto reformador o disuasivo que pueda encerrar. Difícilmente creerá ésto ningún agnóstico. En cuanto al cielo, cabría concebir que algún día hubiese pruebas de su existencia a través del espiritismo, pero la mayoría de los agnósticos no creen que existan tales pruebas, y, por lo tanto, no creen en el cielo.

¿NO TEME NUNCA AL JUICIO DE DIOS POR NEGARLE?

De ninguna manera. También niego a Zeus y Júpiter y Odín y Brahma, pero ello no me ocasiona ningún escrúpulo de conciencia. Observo que una porción muy amplia de la especie humana no cree en Dios, y no sufre por ello un castigo visible. Y, si hubiera Dios, considero muy improbable que tuviera una vanidad tal, que le ofendiesen aquellos que dudan de su existencia.

¿CÓMO EXPLICAN LOS AGNÓSTICOS LA BELLEZA Y ARMONÍA DE LA NATURALEZA?

No sé donde se supone que se encuentra esa "belleza" y esa "armonía". En todo el reino animal, las bestias se destruyen implacablemente. La mayoría de ellas o son cruelmente muertas por otras bestias, o mueren lentamente de hambre. Por mi parte, soy incapaz de ver una gran belleza o armonía en la solitaria. Que no se diga que esta criatura nos fue enviada como castigo a nuestros pecados, porque tiene un predominio mayor entre los animales que entre los seres humanos. Supongo que quien formula la pregunta está pensando en cosas tales como la belleza de un firmamento estrellado. Pero debe recordarse que las estrellas estallan de vez en cuando, y reducen a una vaga niebla cuanto se halla en sus proximidades. La belleza, en todo caso, es subjetiva y solamente existe en el ojo del que observa.

¿CÓMO EXPLICAN LOS AGNÓSTICOS LOS MILAGROS Y OTRAS REVELACIONES DE LA OMNIPOTENCIA DIVINA?

Los agnósticos no creen que exista ninguna prueba de "milagros" en el sentido de sucesos contrarios a la ley natural. Sabemos que se da la fe curativa, pero en ningún sentido es milagrosa. En Lourdes ciertas enfermedades pueden curarse y otras no. Las que pueden curarse allí probablemente puede curarlas también cualquier médico en quien tuviera fe el paciente. En cuanto a otros milagros, tales como el de Josué ordenando al sol que se detuviera, el agnóstico se desentiende de ellos como de simples leyendas e indica el hecho de que todas las religiones disponen abundantemente de tales leyendas. Tanta prueba milagrosa hay respecto a los dioses griegos de Homero como en la Biblia respecto al Dios cristiano.

HA HABIDO PASIONES BAJAS Y CRUELES, A LAS CUALES SE OPONE LA RELIGIÓN. SI SE ABANDONASEN LOS PRINCIPIOS RELIGIOSOS, ¿PODRÍA EXISTIR LA HUMANIDAD?


La existencia de pasiones crueles y bajas es innegable, pero no encuentro en la historia pruebas de que la religión se haya opuesto a esas pasiones. Por el contrario, las ha santificado y ha posibilitado que la gente las abrigase sin remordimiento. Las persecuciones crueles han sido más comunes en la cristiandad que en ninguna otra parte. Lo que parece justificar la persecución es la creencia dogmática. La bondad y la tolerancia sólo prevalecen en la medida en que decae la tendencia dogmática. En nuestros días, ha surgido una nueva religión dogmática: el comunismo. A éste, como a otros sistemas dogmáticos, se opone el agnóstico. El carácter persecutorio del comunismo actual es exactamente igual al carácter persecutorio del cristianismo en siglos anteriores. El que el cristianismo se haya hecho menos persecutorio se debe a labor de los librepensadores, que han hecho a los dogmáticos un tanto menos dogmáticos. Si fuesen ahora tan dogmáticos como en otros tiempos, seguirían pensando que era justo quemar herejes en la hoguera. El espíritu de tolerancia que algunos cristianos modernos consideran como esencialmente cristiano es, de hecho, un producto del temperamento que admite la duda y se muestra receloso respecto a las certidumbres absolutas. Estimo que cualquiera que estudie la historia pretérita con espíritu imparcial, llegará a la conclusión de que la religión ha causado más sufrimientos de los que ha impedido.

¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE LA VIDA PARA EL AGNÓSTICO?

Me siento inclinado a responder con otra pregunta: ¿Cuál es  el sentido del "significado de la vida"? Supongo que lo que se quiere significar es algún propósito general. No creo que la vida en general tenga ningún propósito. Sucedió, simplemente. Pero los seres humanos individuales tienen propósitos, y no hay nada en el agnóstico que les impulse a abandonar esos propósitos. Naturalmente, no pueden tener la seguridad de alcanzar los resultados que se proponen; pero cualquiera pensaría mal de un soldado que rehusase combatir, a menos que tuviese asegurada la victoria. La persona que necesita de la religión para mantener sus propios propósitos es una persona timorata, y no puedo pensar tan bien de ella como del hombre que prueba fortuna, admitiendo que no es imposible la derrota.

NEGAR LA RELIGIÓN, ¿NO SIGNIFICA TAMBIÉN NEGAR EL MATRIMONIO Y LA CASTIDAD?

De nuevo, se impone responder con otra pregunta: Quien formula esta pregunta, ¿cree que el matrimonio y la castidad contribuyen a la felicidad terrena aquí abajo, o considera que, aunque causen dolor aquí abajo, debe abogarse por ellos como medio para alcanzar el cielo? El que adopte el último punto de vista pensará, sin duda, que el agnosticismo conducirá a la decadencia de lo que él llama virtud, pero tendrá que admitir que lo que él llama virtud no es lo que provee la felicidad de la especie humana aquí en la Tierra. Si, por otra parte, adopta el primer punto de vista, es decir, que hay argumentos terrestres en favor del matrimonio y la castidad, también ha de admitir que esos argumentos son de tal índole, que resultan susceptibles de atraer a un agnóstico. Los agnósticos, como tales, no sustentan criterios distintivos respecto a la moralidad sexual. Pero la mayoría de ellos admitirán que hay argumentos válidos contra la satisfacción sin trabas de los deseos sexuales. Sin embargo, esos argumentos los extraerían de fuentes terrenales y no de supuestos mandamientos divinos.

¿NO ES UN CREDO PELIGROSO LA SOLA FE EN LA RAZÓN? ¿NO ES IMPERFECTA E INADECUADA LA RAZÓN, SIN LEY ESPIRITUAL Y MORAL?

Ningún hombre sensato, por muy agnóstico que sea, tiene "fe solamente en la razón". La razón se ocupa de cuestiones de hecho, unas observadas, otras deducidas. La cuestión de si hay una vida futura y la cuestión de si hay un Dios se refieren a cuestiones de hacho, y el agnóstico sostiene que deben ser investigadas de la misma forma que la cuestión "¿Habrá mañana un eclipse de Luna?". Pero las cuestiones de hecho, solas, no son suficientes para determinar la acción, puesto que no nos dicen qué fines debemos perseguir. En el reino de los fines, necesitamos algo más que la razón. El agnóstico hallará sus fines en su propio corazón y no en un mandamiento externo. Pongamos un ejemplo: Supongamos que usted desea ir de Nueva York a Chicago por ferrocarril; hará uso de la razón para averiguar cuándo parten los trenes, y se consideraría bastante estúpida a cualquier persona que creyera poseer alguna facultad de penetración o intuición que le permitiera prescindir de la guía de los ferrocarriles. Sin embargo, ninguna guía podrá decirle si es o no prudente ir a Chicago. Sin duda, al decidir que sí lo es, el hombre en cuestión habrá de tener en cuenta otras cuestiones de hecho; pero, detrás de todas las cuestiones de hecho, estarán los fines que juzga adecuados a su propósito, y éstos, tanto para un agnóstico como para otros hombres, pertenecen a un reino que no es el de la razón, aunque en modo alguno sea contrario al mismo. El reino a que me refiero es el de la emoción y el sentimiento y el deseo.

¿CONSIDERA USTED A TODAS LAS RELIGIONES COMO FORMAS DE SUPERSTICIÓN O DE DOGMA? ¿A CUAL DE LAS RELIGIONES EXISTENTES RESPETA USTED MÁS Y POR QUÉ?

Todas las grandes religiones organizadas que han dominado a grandes poblaciones, han implicado una cantidad mayor o menor de dogma; pero "religión" es una palabra cuyo significado no es muy concreto. Al confucianismo, por ejemplo, podría aplicársele el nombre de religión, aunque no implique ningún dogma. Y, en algunas formas del cristianismo liberal, el factor dogmático queda reducido al mínimo.

De las grandes religiones de la historia, prefiero al budismo, especialmente en sus formas primitivas, porque tuvo el elemento más mínimo de persecución.

EL COMUNISMO, COMO EL AGNOSTICISMO, SE OPONE LA RELIGIÓN. ¿SON COMUNISTAS LOS AGNÓSTICOS?

El comunismo no se opone a la religión. Meramente se opone a la religión cristiana, lo mismo que hace el mahometismo. El comunismo, al menos en la forma preconizada por el gobierno soviético y el Partido Comunista, es un nuevo sistema dogmático de una clase singularmente virulenta y persecutoria. Por lo tanto, todo agnóstico verdadero debe oponerse a él.

¿CREEN LOS AGNÓSTICOS QUE LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN SON IMPOSIBLES DE RECONCILIAR?

La pregunta se remite a lo que se entiende por "religión". Si "religión", significa meramente un sistema de ética, puede reconciliarse con la ciencia. Si significa un sistema basado en el dogma, considerado como incuestionablemente verdadero, entonces es incompatible con el espíritu científico, que rehúsa aceptar cuestiones de hecho sin pruebas, y también sostiene que la completa certidumbre será difícilmente asequible jamás.

¿QUÉ CLASE DE PRUEBA LE CONVENCERÍA DE LA EXISTENCIA DE DIOS?

Creo que si oyese una voz procedente del cielo, que predijera todo lo que iba a sucederme en el curso de las veinticuatro horas siguientes, incluyendo acontecimientos que hubieran parecido sumamente improbables, y si luego tuvieran lugar todos esos acontecimientos, quizá me convencería, al menos, de la existencia de alguna inteligencia sobrehumana. Puedo imaginarme otras pruebas de la misma índole que podrían convencerme, pero, que yo sepa, tales pruebas no existen.




(Look Magazine, Copyright © 1953 Cowles Magazine, Inc., subsiguientemente reimpreso en The Religion of  America, ed. Leo Rosten, Londres: Heinemann.)

sábado, 14 de abril de 2012

La ciudad universitaria

Vista del pabellón 2 de la Ciudad Universitaria de Buenos Aires.

Se denomina así al conjunto de instituciones universitarias (Facultades, Residencias), concentradas en un lugar determinado. La ciudad universitaria moderna quiere ser una revivificación de las clásicas universidades medievales, en las que los alumnos no sólo aprendían, sino que vivían en ellas. Para ello contaban con colegios, en los que se agrupaban los alumnos de las diversas nacionalidades.

En la actualidad, casi todos los países tratan de construir ciudades universitarias. La más conocida de ellas es la Ciudad Universitaria de París, fundada después de la primera guerra mundial por iniciativa particular, aunque patrocinada por las autoridades oficiales. En la actualidad esta ciudad tiene numerosos colegios de diferentes países, y disfruta de autonomía en su funcionamiento.

Otras ciudades universitarias existen en Madrid, Roma y en algunas repúblicas hispanoamericanas, como Venezuela, Perú, Brasil, México, etc. La ciudad universitaria en los Estados Unidos no recibe esta denominación sino la genérica de campus. En todas ellas, existen instalaciones para deportes, comedores, dormitorios, etc. 

La ciudad universitaria tiene la ventaja de dar una unidad a la universidad, evitando la dispersión de las Facultades en diferentes lugares, y la de facilitar al estudiante su vida económica y escolar. Para ello cuenta o debe contar con bibliotecas, laboratorios, clases y cursos independientemente de las de las enseñanzas ordinarias de las Facultades. En las ciudades universitarias existen también disposiciones para la educación estética, en forma de conciertos y coros, representaciones teatrales, cine documental, etc. 

El peligro de las ciudades universitarias es que sus fundadores destinen todos sus medios y recursos a la parte material, a los edificios, en perjuicio de la vida científica y educativa. Por ello deben ser lo más sencillas y funcionales posible, evitando lo monumental y decorativo.


Bibliografía: L. LUZURIAGA, "La Ciudad Universitaria de París" en "La educación de nuestro tiempo", Buenos Aires, Losada, 1960. LUCIEN MAURY, "La cité universitaire de Paris", Édition Stock, 1947. SIR ERNEST BARKER, "British Universities", London, Longman, 1949.


Del "Diccionario de Pedagogía" de Lorenzo Luzuriaga; Editorial Losada, Buenos Aires, 1960.

jueves, 12 de abril de 2012

Carta abierta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar argentina

Rodolfo Walsh (1927-1977)

Rodolfo J. Walsh nació en 1927 en la localidad de Choele-Choel, provincia de Río Negro. Fue escritor, periodista, traductor y asesor de colecciones. Su obra recorre especialmente el género policial, periodístico y testimonial, con celebradas obras como "Operación Masacre" y "Quién mató a Rosendo". Walsh es para muchos el paradigmático producto de una tensión resuelta: la establecida entre el intelectual y la política, la ficción y el compromiso revolucionario. El 25 de marzo de 1977 un pelotón especializado emboscó a Rodolfo Walsh en calles de Buenos Aires con el objetivo de aprenhenderlo vivo. Walsh, militante revolucionario, se resistió, hirió y fue herido a su vez de muerte. Su cuerpo nunca apareció. El día anterior había escrito lo que sería su última palabra pública: la Carta Abierta a la Junta Militar argentina que aquí publicamos:


1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años.
   El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.
   El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron.
   Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de ese "ser nacional" que ustedes invocan tan a menudo.
   Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivtas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.

   2. Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror.
   Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio.1
   Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestados negativamente este último año. En otros miles de casos de desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno secuestrados.
   De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en diez días según manda un ley que fue respetada aún en las cumbres represivas de anteriores dictaduras.
   La falta de límite en el tiempo ha sido complementada con la falta de límite en los métodos, retrocediendo a épocas en que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron los antiguos verdugos. El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el "submarino", el soplete de las actualizaciones contemporáneas.2
   Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar a la guerilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original de obtener información se extravía en las mentes perturbadas que la administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos han perdido.

   3. La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares descampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates e imaginarias tentativas de fuga.
   Extremistas que panfletean el campo, pintan acequias o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian son los estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacional ante ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya el carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha inmediata a las acciones guerrilleras.
   Setenta fusilados tras la bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela forman parte de 1.200 ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las fuerzas a su mando no tuvieron muertos.
   Depositarios de una culpa colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia,incapaces de influir en la política que dicta los hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de las bajas según la doctrina extranjera de "cuenta-cadáveres" que usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam.
   El remate de guerrilleros heridos o capturados en combates reales es asimismo una evidencia que surge de los comunicados militares que en un año atribuyeron a la guerrilla 600 muertos y sólo 10 ó 15 heridos, proporción desconocida en los más encarnizados conflictos. Esta impresión es confirmada por un muestreo periodístico de circulación clandestina que revela que entre el 18 de diciembre de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en 40 acciones reales, las fuerzas legales tuvieron 23 muertos y 40 heridos, y la guerrilla 63 muertos.3
   Más de cien procesados han sido igualmente abatidos en tentativas de fuga cuyo relato oficial tampoco está destinado a que alguien lo crea sino a prevenir a la guerrilla y Ios partidos de que aún los presos reconocidos son la reserva estratégica de las represalias de que disponen los Comandantes de Cuerpo según la marcha de los combates, la conveniencia didáctica o el humor del momento.
   Así ha ganado sus laureles el general Benjamín Menéndez, jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, antes del 24 de marzo con el asesinato de Marcos Osatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de Hugo Vaca Narvaja y otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la ley de fuga ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor.4
   El asesinato de Dardo Cabo, detenido en abril de 1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete prisioneros en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército que manda el general Suárez Masson, revela que estos episodios no son desbordes de algunos centuriones alucinados sino la política misma que ustedes planifican en sus estados mayores, discuten en sus reuniones de gabinete, imponen como comandantes en jefe de las 3 Armas y aprueban como miembros de la Junta de Gobierno.

   4. Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto después que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias fuerzas.5
   Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años, Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, "con lastimaduras en la región anal y fracturas visibles" según su autopsia.
   Un verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba en el Lago San Roque de Córdoba, acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron.6
   Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el Río Luján el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de Zamora.
   En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha, presuntas herederas de las 3 A de López Rega, capaces dc atravesar la mayor guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aérea 7, sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o el brigadier Agosti. Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre "violencias de distintos signos" ni el árbitro justo entre "dos terrorismos", sino la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte.8
   La misma continuidad histórica liga el asesinato del general Carlos Prats, durante el anterior gobierno, con el secuestro y muerte del general Juan José Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruíz y decenas de asilados en quienes se ha querido asesinar la posibilidad de procesos democráticos en Chile, Boliva y Uruguay.9
   La segura participación en esos crímenes del Departamento de Asuntos Extranjeros de la Policía Federal, conducido por oficiales becados de la CIA a través de la AID, como los comisarios Juan Gattei y Antonio Gettor, sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, Station Chief de la CIA en Argentina, es semillero de futuras revelaciones como las que hoy sacuden a la comunidad internacional que no han de agotarse siquiera cuando se esclarezcan el papel de esa agencia y de altos jefes del Ejército, encabezados por el general Menéndez, en la creación de la Logia Libertadores de América, que reemplazó a las 3 A hasta que su papel global fue asumido por esa Junta en nombre de las 3 Armas.
   Este cuadro de exterminio no excluye siquiera el arreglo personal de cuentas como el asesinato del capitán Horacio Gándara, quien desde hace una década investigaba los negociados de altos jefes de la Marina, o del periodista de "Prensa Libre" Horacio Novillo apuñalado y calcinado, después que ese diario denunció las conexiones del ministro Martínez de Hoz con monopolios internacionales.
   A la luz de estos episodios cobra su significado final la definición de la guerra pronunciada por uno de sus jefes: "La lucha que libramos no reconoce límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien y del mal".10

   5. Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.
   En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar11, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales.
   Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisioncs internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9%12 prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron.13
   Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la "racionalización".
   Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa miseria de diez millones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas subtérráneas, millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo , el río más grande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.
   Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar "el país", han sido ustedes más afortutunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3%, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anual del 400%, un aumento del circulante que en solo una semana de diciembre llegó al 9%, una baja del 13% en la inversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia.
   Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obrero industrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se elevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120%, prueban que no hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura y de la muerte, único campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde la cotización por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar.
6. Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S.Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete.
   Un aumento del 722% en los precios de la producción animal en 1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su presidente Celedonio Pereda: "Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos".14
   El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el "festín de los corruptos".
   Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la Siemens se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en la Argentina. Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideologia que amenaza al ser nacional.

   Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados no pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla defiende los derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún cabría pedir a los señores Comandantes en Jefe de las 3 Armas que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aún si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarán dcsaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas.

   Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.

Rodolfo Walsh. - C.I. 2845022 
Buenos Aires, 24 de marzo de 1977.


1 Desde enero de 1977 la Junta empezó a publicar nóminas incompletas de nuevos detenidos y de "liberados" que en su mayoría no son tales sino procesados que dejan de estar a su disposición pero siguen presos. Los nombres de millares de prisioneros son aún secreto militar y las condiciones para su tortura y posterior fusilamiento permanecen intactas.

2 El dirigente peronista Jorge Lizaso fue despellejado en vida, el ex diputado radical Mario Amaya muerto a palos, el ex diputado Muñiz Barreto desnucado de un golpe. Testimonio de una sobreviviente: "Picana en Ios brazos, las manos, los muslos, cerca de Ia boca cada vez que lloraba o rezaba... Cada veinte minutos abrían la puerta y me decían que me iban hacer fiambre con la máquina de sierra que se escuchaba".

3 "Cadena Informativa", mensaje Nro. 4, febrero de 1977.

4 Una versión exacta aparece en esta carta de los presos en la Cárcel de Encausados al obispo de Córdoba, monseñor Primatesta: "El 17 de mayo son retirados con el engaño de ir a la enfermería seis compañeros que luego son fusilados. Se trata de Miguel Angel Mosse, José Svagusa, Diana Fidelman, Luis Verón, Ricardo Yung y Eduardo Hernández, de cuya muerte en un intento de fuga informó el Tercer Cuerpo de Ejército. El 29 de mayo son retirados José Pucheta y Carlos Sgadurra. Este úItimo había sido castigado al punto de que no se podía mantener en pie sufriendo varias fracturas de miembros. Luego aparecen también fusilados en un intento de fuga".

5 En los primeros 15 días de gobierno militar aparecieron 63 cadáveres, según los diarios. Una proyección anual da la cifra de 1500. La presunción de que puede ascender al doble se funda en que desde enero de 1976 la información periodística era incompleta y en el aumento global de la represión después del golpe. Una estimación global verosímil de las muertes producidas por la Junta es la siguiente. Muertos en combate: 600. Fusilados: 1.300. Ejecutados en secreto: 2.000. Varios. 100. Total: 4.000.

6 Carta de Isaías Zanotti, difundida por ANCLA, Agencia Clandestina de Noticias.

7 "Programa" dirigido entre julio y diciembre de 1976 por el brigadier Mariani, jefe de la Primera Brigada Aérea del Palomar. Se usaron transportes Fokker F-27.

8 El canciller vicealmirante Guzzeti en reportaje publicado por "La Opinión" el 3-10-76 admitió que "el terrorismo de derecha no es tal" sino "un anticuerpo".

9 El general Prats, último ministro de Ejército del presidente Allende, muerto por una bomba en setiembre de 1974. Los ex parlamentarios uruguayos Michelini y Gutiérrez Ruiz aparecieron acribillados el 2-5-76. El cadáver del general Torres, ex presidente de Bolivia, apareció el 2-6-76, después que el ministro del Interior y ex jefe de Policía de Isabel Martínez, general Harguindeguy, lo acusó de "simular" su secuestro.

10 Teniente Coronel Hugo Ildebrando Pascarelli según "La Razón" del 12-6-76. Jefe del Grupo I de Artillería de Ciudadela. Pascarelli es el presunto responsable de 33 fusilamientos entre el 5 de enero y el 3 de febrero de 1977.

11 Unión de Bancos Suizos, dato correspondiente a junio de 1976. Después la situación se agravó aún más.

12 Diario "Clarín".

13 Entre los dirigentes nacionales secuestrados se cuentan Mario Aguirre de ATE, Jorge Di Pasquale de Farmacia, Oscar Smith de Luz y Fuerza. Los secuestros y asesinatos de delegados han sido particularmente graves en metalúrgicos y navales.

14 Prensa Libre, 16-12-76.

La carta fue transcripta de:  Literatura.org

martes, 10 de abril de 2012

Si los tiburones fueran humanos


— ¿Si los tiburones fueran humanos -preguntó al señor K. la hija pequeña de su casera- serían entonces más amables con los pececitos?

— Claro que sí -respondió el señor K.-. Si los tiburones fueran humanos, harían construir en el mar cajas enormes para los pececitos, con toda clase de alimentos en su interior, tanto plantas como materias animales. Se preocuparían de que las cajas tuvieran siempre agua fresca y adoptarían todo tipo de medidas sanitarias. Si, por ejemplo, un pececito se lastimase una aleta, en seguida se la vendarían de modo que el pececito no se les muriera prematuramente a los tiburones. Para que los pececitos no se pusieran tristes habría, de cuando en cuando, grandes fiestas acuáticas, pues los pececitos alegres tienen mejor sabor que los tristes. También habría escuelas en el interior de las cajas. En esas escuelas se enseñaría a los pececitos a entrar en las fauces de los tiburones. Estos necesitarían tener nociones de geografías para mejor localizar a los grandes tiburones, que andan por ahí holgazaneando.

Lo principal sería, naturalmente, la formación moral de los pececitos. Se les enseñaría que no hay nada más grande ni más hermoso para un pececito que sacrificarse con alegría; también se les enseñaría a tener fe en los tiburones, y a creerles cuando les dijesen que ellos ya se ocupan de forjarles un hermoso porvenir. Se les daría a entender que ese porvenir que se les auguraba sólo estaría asegurado si aprendían a obedecer. Los pececillos deberían guardarse bien de las bajas pasiones, así como de cualquier inclinación materialista, egoísta o marxista. Si algún pececillo mostrase semejantes tendencias, sus compañeros deberían comunicarlo inmediatamente a los tiburones.

Si los tiburones fueran humanos, se harían naturalmente la guerra entre sí para conquistar cajas y pececillos ajenos. Además, cada tiburón obligaría a sus propios pececillos a combatir en esas guerras. Cada tiburón enseñaría a sus pececillos que entre ellos y los pececillos de otros tiburones existe una enorme diferencia. Si bien todos los pececillos son mudos, proclamarían, lo cierto es que callan en idiomas muy distintos y por eso jamás logran entenderse. A cada pececillo que matase en una guerra a un par de pececillos enemigos, de esos que callan en otro idioma, se les concedería una medalla de varec y se le otorgaría además el título de héroe.

Si los tiburones fueran humanos, tendrían también su arte. Habría hermosos cuadros en los que se representarían los dientes de los tiburones en colores maravillosos, y sus fauces como puros jardines de recreo en los que da gusto retozar. Los teatros del fondo del mar mostrarían a heroicos pececillos entrando entusiasmados en las fauces de los tiburones, y la música sería tan bella que, a sus sones, arrullados por los pensamientos más deliciosos, como en un ensueño, los pececillos se precipitarían en tropel, precedidos por la banda, dentro de esas fauces.

Habría asimismo una religión, si los tiburones fueran humanos. Esa religión enseñaría que la verdadera vida comienza para los pececillos en el estómago de los tiburones.

Además, si los tiburones fueran humanos, los pececillos dejarían de ser todos iguales como lo son ahora. Algunos ocuparían ciertos cargos, lo que los colocaría por encima de los demás. A aquellos pececillos que fueran un poco más grandes se les permitiría incluso tragarse a los más pequeños. Los tiburones verían esta práctica con agrado, pues les proporcionaría mayores bocados. Los pececillos más gordos, que serían los que ocupasen ciertos puestos, se encargarían de mantener el orden entre los demás pececillos, y se harían maestros u oficiales, ingenieros especializados en la construcción de cajas, etc.

En una palabra: habría por fin en el mar una cultura si los tiburones fueran humanos.

Bertolt Brecht

Cuento perteneciente a su obra "Historias del señor K."

viernes, 6 de abril de 2012

El Gólgota o Calvario

"La Crucificción" de Antonello da Messina (1474)

En el evangelio de Mateo leemos como Jesús fue conducido al lugar de su ejecución:

"Llegado al sitio llamado Gólgota (en arameo), que quiere decir el lugar de la calavera". (Mt. 27:33)

Se trata de un nombre verdaderamente espeluznante, quizá derivado del hecho de que en las cercanías hubiese un promontorio en forma de calavera, o de la existencia de calaveras de reos allí ejecutados con anterioridad. (Ambas sugerencias son suposiciones).

En Lucas se da el equivalente latino de este nombre:

"Cuando llegaron al lugar llamado Calvario..." (Lc. 23:33)

El emplazamiento del Gólgota/Calvario no se conoce con exactitud, pero debía estar justo a las afueras de Jerusalén. Allí fue crucificado Jesús, con el anuncio de su crimen colocado por encima de su cabeza, como era costumbre:

"Sobre su cabeza pusieron escrita su causa: Éste es Jesús, el Rey de los judíos" (Mt. 27:37)

Ésta es una versión del significado del nombre "Jesucristo", y en ella se recogen el hecho de que Jesús fue ejecutado por el delito de traición contra Roma; por afirmar que era rey sin el consentimiento de Roma.


De la "Guía de la Biblia: Nuevo Testamento" de Isaac Asimov; Plaza y Janés editores, Barcelona, 1993.

miércoles, 4 de abril de 2012

Ópera III: "El Barbero de Sevilla" de Gioacchino Rossini


Dos actos
Música de Rossini
Letra de Sterbini
Estrenada en Roma
Fecha: 5 de febrero de 1816
Lugar de la acción: Sevilla
Época: Siglo XVII

Beaumarchais escribió Le Barbier de Séville, Le Mariage de Figaro y La Mère Coupable. Sobre la primera se hizo un libreto para esta ópera y de la segunda se sacó el de una de Mozart.

El conde de Almaviva, noble sevillano, enamora a Rosina, huérfana que vive con su tutor, el doctor Bartolo, y es discípula de canto de don Basilio. Frente a la casa de Rosina vive el barbero Fígaro, que ayuda al amor. El tutor quiere casarse con la pupila. Ésta es la urdimbre de la ópera. He aquí su trama: Almaviva da una serenata a Rosina, pero no logra que ésta se asome. Pide amparo a Fígaro, que se lo ofrece y, por lo pronto, le sugiere que, disfrazándose de soldado, podría entrar en casa de Rosina.

Don Bartolo, por su parte, se alía con don Basilio para el logro de sus planes: él se casará con Rosina por las buenas o por las malas. Don Basilio también sugiere algo a don Bartolo: una calumnia que inutilice al conde. Éste llega a presentarse en la casa como alojado y, a punto de ser detenido, revela su personalidad al oficial que lo va a detener, y con esto se salva. Para todos los demás, incluso Rosina, el conde es ahora Lindoro.

Segunda tentativa del enamorado. Llega atrevidamente a la casa y se presenta como profesor de canto, diciendo que don Basilio está enfermo. Mientras da la lección, Fígaro afeita a don Bartolo... y se presenta don Basilio, que, claro es, no está enfermo. Gran sorpresa, y resolución heroica de Fígaro, que dice al verdadero profesor que con "aquella fiebre" ha ha debido salir a la calle... y al tomarle el pulso le pone en la mano la clásica bolsa de oro, que tantos problemas escénicos resuelve.

Se retira don Basilio, y don Bartolo queda en ascuas. El conde se retira también y entonces el tutor lanza la calumnia: su amante está dispuesto a abandonarla. Indignación de Rosina contra Almaviva y contra Lindoro y Fígaro, a quien cree cómplice del mal designio de aquél. La muchacha está dispuesta a casarse con el tutor, y éste llama a un notario.

Se presenta Almaviva y le explica todo a Rosina. Secretamente se sustituye en el acta notarial el nombre de don Bartolo por el del conde. El tutor ya no tiene más remedio que bajar la cabeza. Almaviva, noble y andaluz, renuncia al caudal de Rosina y tutti piú o meno contenti.

Se cuenta que Rossini escribió la ópera en trece días. El estreno fue un ruidoso fracaso, debido, en parte, la impermeabilidad de cierta parte del público, y en parte a la fatalidad, que produjo varios accidentes desgraciados, uno de ellos la desaparición de la guitarra del conde y la rotura de una cuerda al intentar afinarla.



Obertura de "El Barbero de Sevilla"


De "El Libro de la Ópera" de Juan Ríos Sarmiento; Editorial Juventud Argentina, Buenos Aires, 1944.

lunes, 2 de abril de 2012

El Derby de Epsom


Título: El Derby de Epsom
Autor: Theodore Géricault (1791-1824)
Fecha: 1821
Escuela: Romanticismo
Técnica: Óleo sobre lienzo
Medidas: 170 x 92 cm.
Ubicación: Museo del Louvre, París

Obsérvese en este cuadro que las cuatro patas de los caballos van extendidas hacia afuera, lo que es un error, pues los caballos no pueden correr de esa manera. Pero este defecto no aminora el valor artístico del cuadro.