Mucho se ha discutido sobre el mito del peronismo, fenómeno 
auténticamente popular y argentino. Durante largo tiempo se fabricó un 
mito antiperonista, un antimito. Pero este antimito era evidente 
expresión subsidiaria de los mitos liberales degradados. Las clases 
dirigentes de la Argentina siempre estuvieron más abiertas hacia todo lo
 importado que hacia lo argentino y nunca fueron capaces de entender al 
pueblo. Su egoísmo los hacía soñar con una democracia meramente formal 
en la que tenían un papel privilegiado. Aunque el peronismo fue un mito,
 en el sentido de que centraba todas sus aspiraciones populares en un 
líder, en un personaje-símbolo, sin embago se trataba de un mito 
altamente dinámico durante un largo período, porque esas aspiraciones de
 progreso económico, de dignidad humana, de derechos reconocidos, eran 
plenamente legítimas.
No interesa discutir aquí la eficacia política y económica de un período de la historia argentina, ni es necesario señalar errores y aciertos, lo que hay que notar es que sin una mística no se construye un país, que esta mística necesita símbolos impulsores dinámicos y una convicción que arrastre a grandes masas y que eso se verificó en ese período histórico y hasta ahora no volvió a darse. En ese sentido, para la Argentina, el peronismo fue constructivismo, más constructivo que las teorías marxistas y los esquemas y los esquemas neocapitalistas porque surgió de lo nacional, sin copiar ni importar soluciones y porque fue popular y sin pueblo no hay verdadero cambio social.
Fragmento del libro "Los Mitos" de Pedro Geltman. Carlos Péres editor, Buenos Aires, 1969, p. 123.
No interesa discutir aquí la eficacia política y económica de un período de la historia argentina, ni es necesario señalar errores y aciertos, lo que hay que notar es que sin una mística no se construye un país, que esta mística necesita símbolos impulsores dinámicos y una convicción que arrastre a grandes masas y que eso se verificó en ese período histórico y hasta ahora no volvió a darse. En ese sentido, para la Argentina, el peronismo fue constructivismo, más constructivo que las teorías marxistas y los esquemas y los esquemas neocapitalistas porque surgió de lo nacional, sin copiar ni importar soluciones y porque fue popular y sin pueblo no hay verdadero cambio social.
Fragmento del libro "Los Mitos" de Pedro Geltman. Carlos Péres editor, Buenos Aires, 1969, p. 123.



