domingo, 10 de marzo de 2013

Un argumento pintoresco

Cabildo de Montevideo y Plaza Constitución en 1867.

En la sesión celebrada por la Cámara de Representantes el 18 de febrero de 1868, precisamente la víspera del día en que estalló, en Montevideo la revolución encabezada por Don Bernardo Prudencio Berro, en que este ilustre ciudadano perdió alevosamente la vida, y cayó asesinado en calle Rincón el General Don Venancio Flores, que tres días antes había resignado el poder dictatorial y se había retirado al seno del hogar, el diputado Don Héctor Varela que como un meteoro político, fue en breves días legislador y ministro y renunció enseguida para recuperar la ciudadanía argentina, presentó a la Cámara un proyecto por el que se autorizaba al Poder Ejecutivo a invertir hasta la suma de doscientos mil pesos en la construcción de un edificio que se denominaría el Parlamento Oriental y en el cual funcionarían ambas Cámaras.

Héctor Varela fundó su proyecto con breves palabras, pues luego de decir que estaba en la conciencia de todos la necesidad del edificio, agregó este pintoresco único argumento: "En un país donde a cada momento se invierten grandes sumas en un mercado para que se vendan lechugas, creo que no debe ser extraño que votemos una suma para tener una Cámara digna de este pueblo. Creo que esta sala no está en armonía con el adelanto del Pueblo Oriental, ni con la inteligencia de muchos diputados que toman asiento aquí".

Tomado de la sección "Revista Anecdótica" de la "Revista Nacional, literatura, arte, ciencia", editada por el Ministerio de Instrucción Pública; Tomo XLI, año XII, Nº 121, Montevideo, enero de 1949.

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