domingo, 10 de febrero de 2013

¿Niño o niña a voluntad?



¿ES POSIBLE DETERMINAR EL SEXO DEL SER ANTES DE LA FECUNDACIÓN?

Este intrincado problema ha interesado vivamente a la Humanidad desde los tiempos más remotos. Ya en la antigüedad, los indios, los egipcios y los griegos se preocupaban del mismo, abordándolo con ánimo resuelto, pero se equivocaron y hubieron de conformarse con hipótesis carentes de exactitud y repletas de fantasías. No son, pues, dignas de tenerse en cuenta. En nuestros tiempos, dominan en el pensamiento del público ciertas opiniones acerca del problema de determinar el sexo, y que, por idénticas o parecidas razones, no valen la pena de citarlas; no obstante, informaremos someramente sobre las que ofrecen algún interés, aunque solo sea a título de curiosidad.

Hay una teoría que defiende que la virilidad del padre influye para determinar uno u otro sexo; otros se fijan en la edad de los cónyuges y afirman que si tienen la misma o el hombre es más joven, nacerán preferentemente hembras y, por el contrario, si el hombre es más viejo, nacerán varones; otros se fundan en el mes que se verificó la cópula; y otros, en fin, en la procedencia del óvulo, según sea éste del ovario derecho o del izquierdo.

Estas teorías y otras semejants carecen de fundamento sólido y, por tanto no tienen aplicación práctica. Hay otra, relativamente moderna, que alcanzó cierta resonancia en Alemania pocos años ha; sostenía que la masculinidad o la feminidad dependía de la fecha o época en que se verificase la cópula. El hecho se explicaba así: Al juntare el óvulo y el zoospermo, podría ser más o menos viejo el uno o el otro, y, por lo tanto, de diversa vitalidad.

El óvulo permanece un par de días en los tubos uterinos en condiciones de ser fecundado, e igualmente puede vivir el zoospermo varios días en el interior de los genitales de la mujer. Ahora bien, si el óvulo es reciente y lleno de vida y tropieza con un zoospermo viejo, debilitado, resulta lógico creer en predominio de la energía del elemento femenino y el resultado será el nacimiento de una niña. Si por el contrario, el óvulo es viejo y se encuentra con un zoospermo joven y lleno de vitalidad, triunfará el predominio del elemento masculino y nacerá un niño.

El día de mayor vitalidad del óvulo es, precisamente, el día de la ovulación, que es también la fecha en que la fecundación tienen mayor probabibilidad de verificarse. En cuanto a los zoospermos, claro está que si la cópula tiene lugar cuando todavía el óvulo no ha hecho su aparición, tendrán que aguardar un par de días, en el transcurso de los cuales irán perdiendo buena parte de su vitalidad. Esta teoría es sugestiva pero no ha recibido confirmación.

Mencionaremos otra teoría, que pertenece a la veterinaria. Consiste, en síntesis, en sujetar el macho a repetidas eyaculaciones hasta casi su agotamiento. Luego se controlan las animales nacido de la última cópula, dando por resultado que en todos los casos, salvo pocas excepciones, se engendraron machos. Estas experiencias se repitieron varias veces, obteniendo resultados positivos en el caballo, en el toro y en otros animales, pero en el hombre no han respondido los ensayos de igual suerte. 

Otra teoría, surgida gracias  a los adelantos recientes de la embriología, es la que proclama la influencia de los "cromosomas", o sea los elementos constituyentes de los núcleos del óvulo y de los zoospermos. Los cromosomas son, además, los portadores de las cualidades peculiares de los padres y antepasados. Están allí como concentrados, dispuestos a desarrollarse intensamente en cuanto se les presente la ocasión. Por lo complicado de estos estudios no entraremos en detalles.

El problema abarca dos extremos: 1º, La procreación a voluntad de un sexo determinado, y 2º, averiguar durante la gestación el sexo a que pertenece el embrión. En resumen: tal vez no se tardará en conseguir un mayor perfeccionamiento en los conocimientos sobre el particular, para llegar con la máxima seguridad al fin propuesto. Hoy por hoy, deberá contentarse el interesado con probar uno de los sistemas expuesos, con los cuales, si no se obtiene el resultado apetecido, por lo menos se cuenta con alguna posibilidad, según se deduce por las experiencias realizadas hasta hoy.

De la "Guìa del Problema Sexual" del Dr. Adr. Vander; Editorial Sophos, Buenos Aires, 1953.

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