Historia de la fotografía en el Uruguay – Fotógrafos de Montevideo

Historia de la fotografía en el Uruguay – Fotógrafos de Montevideo

Por Juan Antonio Varese. Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 17 x 24 cm, 496 páginas, impresión en negro. Impreso en Zonalibro.

Montevideo, junto con Río de Janeiro, tienen el mérito de ser las ciudades de América del Sur donde se realizaron los primeros daguerrotipos en una fecha tan temprana como el año 1840, pocos meses después de la presentación del invento en París, lo que convierte al Uruguay en un país pionero en la región. Debido a los fuertes vínculos sociales, políticos e históricos —a pesar de algunos grandes desencuentros— que unen al Estado Oriental con la Confederación Argentina, en buena parte de la segunda mitad del siglo XIX muchos fotógrafos alternaron su oficio en una y otra ribera del Estuario del Plata pero, con el nacer del siglo XX, el Uruguay asume en este aspecto un desarrollo independiente y singular.La obra de Juan Antonio Varese analiza todas esas cuestiones hasta llegar a nuestros días. Sus páginas son un desfile de las personalidades que hicieron de la fotografía un medio de comunicación y de expresión.
En su texto se compromete de manera seria con los autores, recoge testimonios, urga en colecciones y archivos, recurre a la escasa bibliografía para, finalmente, construir un discurso personal. La obra de Varese se aparta del concepto tradicional de lo que es un libro de historia y, volviendo de alguna manera sobre los pasos de Carlos Casavalle, el editor de la Imprenta de Mayo que comprendió a mediados del siglo XIX en Buenos Aires que había que construir también la historia a partir del relato de sus protagonistas o de sus descendientes, fue recorriendo las calles de Montevideo en busca de los viejos fotógrafos. Algunas veces tuvo la sensación del fracaso por saber que “su entrevistado” había fallecido poco antes, pero en otras pudo recoger el testimonio que buscaba. Es así que desfilan los nombres de Juan, Rafael y Antonio Caruso (el Archivo Caruso tiene cerca de 8 millones de placas, siendo probablemente uno de los más importantes del mundo y sobre el cual Fotomundo, en su edición 283 de 1991, publica un artículo: “Equipo Caruso” por María Growel), Marcelino Buscasso, Pablo Balanzani, Manolo del Río, Florencio Nápoli, Elbio Tramútolo, así como de otras figuras señeras de la fotografía uruguaya: Alfredo Testoni, Héctor Devía hasta llegar al actual Aurelio González, el hombre del diario El Popular que logró esconder en un rincón del edificio cientos de negativos para sustraerlos de la represión militar al producirse el golpe de 1972. Una mención especial requiere Norma María Bentos Tavárez, a quien Varese rescata como la primera reportera gráfica uruguaya, quien se inició en 1948 como reportera del diario “La Razón” de Montevideo (que después pasó a ser Acción), habiendo trabajado hasta 1972. Para hacer una sencilla comparación, recordemos que las primeras reporteras gráficas argentinas surgieron recién en la década de 1970, siendo Marta Strasnoy una de las pioneras, seguida por Adriana Lestido e Isabel Hardoy. Uno de los capítulos del libro está dedicado a la fotografía artística, donde aparece nuevamente el nombre de Alfredo Testoni, el fotoperiodista que también incursionó en el arte de manera creativa, junto a nombres como Humberto y Nenona Frangella, Rómulo Aguerre, Julio C. Trobo y otros. La obra concluye con el recordatorio de José María Fernández Saldaña, que fue el primer investigador de la historia de la fotografía uruguaya y del coleccionista Augusto Shulkin, cuyas piezas —entre las que se encontraban daguerrotipos y fotografías únicas que expresaban diferentes momentos de la historia del vecino país— terminaron “expoliadas” en un remate que se realizó a su fallecimiento y donde el Estado no hizo nada por recuperarlas como parte del patrimonio nacional que eran. Juan Antonio Varese, en esta obra le da forma a más de 15 años de investigaciones sobre el pasado, con una prosa que seduce al lector desde las primeras páginas por su estilo coloquial, por momentos íntimo, pero sin perder jamás el rigor científico que constituye la esencia de todo trabajo que busca revelar los hechos, hombres y circunstancias que nos han precedido.

A. Becquer Casaballe

Via: http://www.fotomundo.com/nota.php?id=879