La foto está tomada en la prisión británica de Wansdswoth en 1872 y el niño se llamaba George Davey y tenía diez años de edad. El pobre George había robado dos conejos. Después de ser fotografiado y numerado le tocaba sufrir una pena de un mes de trabajos forzados. Aún estábamos muy lejos de las legislaciones del siglo XX que dan un tratamiento especial a los menores infractores. En la Inglaterra victoriana del siglo XIX a los niños se les juzgaba como adultos, se les sometía a trabajos forzados y hasta se les condenaba a la pena capital. No es de extrañarse nada de esto en la nación que durante la Revolución Industrial obligaba a los menores a trabajar en las fábricas en jornadas agotadoras por un salario miserables, sometidos a todo tipo de peligros, al hambre, las enfermedades y los maltratos.
Vía │ Fotos con Historia
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