sábado, 12 de mayo de 2012

Canciones para mí


Había una vez una nena que se paseaba por el Jardín de la Música. "Todos cantan", pensaba, "pero nadie canta para mí". Andando andando, como era muy , "pero nadie canta para mí". Andando andando, como era muy curiosa,  se asomó a una casita que no tenía más que una pared, y era cuadrada por fuera y redonda por dentro. Y allí se quedó quieta porque de la casita salía música. En cuanto la escuchó dijo:  -"Estas canciones son para mi", y señaló su propia persona con un dedo índice sucio de tinta y mermelada. 

Al rato llegó corriendo un chiquilín, y después otro, y después dos nenas más, y luego un chico pecoso, y más tarde tres bebés con babero. Todos se dieron la mano y cada uno dijo: -"Sí, estas canciones son para mí". Las mamás se acercaron y pensaron: -"Qué bien se portan estos chicos, qué quietos están". Pero no era más que una apariencia. Todos estaban jugando y viajando en sueños, muy lejos de allí.

Como ya habrás adivinado, la casita era este disco. Está habitada por muchas personas y animalitos que que quieren hacerse amigos tuyos y llevarte a correr por el mundo y el tiempo. Llevarte, por ejemplo, al Japón, donde la Luna se baña en el charquito Kito. Llevarte a Inglaterra para tomar un té loco como el del famoso sombrero que invitara a Alicia en su país de maravillas. Llevarte de aquí para allá, de Tucumán a París y del Japón a Pehuajó.

Ojalá estas canciones sirvan para que los chicos se den la mano y eventualmente arrastren en su viaje a algunos grandes un poco cansados de ser siempre grandes. Y ojalá tú también -nena o chiquilín que te asomas a esta casita- puedas decir: "Son canciones para mí". Para tí las hizo y las canta cuantas veces quieras

María Elena Walsh



Del disco "Canciones para mí" de María Elena Walsh; CBS, 1963.

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