Nunca van a dejar de impactarme estas imágenes de estos encuentros entre verdadaderos colosos. En 1934 el Graf Zeppelin llega al Rio de la Plata y sobrevuela Montevideo y el Palacio Salvo, luego cruza el rio hacia Buenos Aires y se encuentra con el Barolo, el hermano del Salvo. Si acaso se hablaron, el dirigible les hubiera dicho: "Saludos de su hermano".
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