Pese a tener múltiples ventajas, el libro
electrónico jamás podrá hacer sombra al encanto y a la calidez del libro
de papel de toda la vida.
Los
libros electrónicos están de moda y son súper cool,
eso no se puede negar. Es increíblemente práctico
tener una novela de más de 800 páginas metida en un pequeño
aparato que pesa menos de 200 gramos. Además, ¡también puedes
guardar 1.000 novelas más en el mismo dispositivo! Toda la
biblioteca de tu casa metida en un aparato del tamaño de una fina y
pequeña agenda. Y qué decir del aspecto económico, ¡los libros
electrónicos pueden llegar a costar hasta 10 veces menos que sus
hermanos de papel! No obstante, todas estas ventajas jamás podrán
hacer sombra al encanto y a la calidez del libro de papel de toda la
vida.
El
libro electrónico es frío, está lleno de circuitos, está hecho de
materiales extraños y es esclavo de la electricidad. ¿Dónde queda
el placer de pasar las hojas de un libro una a una y sentir su grosor
y su textura entre los dedos? Sí, un libro de papel lo sientes, como
si tuviera vida, incluso puedes llegar a sentir los latidos de su
corazón, el alma del árbol que nació de la tierra para convertirse
en papel. ¿Y su olor? Muchos libros tienen un olor tan
característico y agradable que te acompañan a lo largo de toda la
lectura. Y pasado un tiempo, cuando vuelves a tener ese libro entre
las manos y lo hojeas, ese olor te trae de vuelta las sensaciones
vividas mientras lo leías y los recuerdos de aquella época en la
que estabas atrapado por él.
Bellos
lomos de miles de colores y formas duermen en las estanterías. Un
arco iris en el salón de casa. El libro electrónico ha condenado a
muerte las librerías de las casas. ¿Acaso existe en una casa algo
más bello que una librería? Una casa no es un hogar si no tiene
libros. En las estanterías, sobre la mesa, en la mesilla de noche,
en el cuarto de baño… Incluso como soporte para elevar la pantalla
del ordenador unos centímetros más. Los libros le dan calidez a una
casa. El libro electrónico no quiere ser tu amigo, no te dejara
tomar notas o hacer figuras en los márgenes o entre líneas a lápiz
(¡oh, los lápices!), y te convertirá en su esclavo allá donde
vayas, pues dependerás de la electricidad y vivirás con el
constante miedo de que te roben tan apetecible aparatito electrónico,
un caramelo para los amigos de lo electroajeno.
Un
libro de papel, en cambio, jamás será tan atractivo para los cacos
y podrás llevarlo tranquilamente a la playa, al parque o en el tren.
Además, si se te cae al suelo, el libro de papel no se rompe y no
pierde información, lo podrás seguir leyendo. Si se moja, su bonito
traje se estropeará y se pondrá feo, pero seguirá siendo útil, en
la mayoría de los casos. ¡Larga vida al libro de papel!
Vía:
Zuzeu.com