Fotografía de John Lennon, Ringo Starr, Paul McCartney y George Harrison preparándose para cruzar Abbey Road y ser retratados en la legendaria foto de portada del álbum del mismo nombre lanzado el 26 de setiembre de 1969.
domingo, 25 de setiembre de 2011
jueves, 22 de setiembre de 2011
La fascinante Buenos Aires
"Buenos Aires me fascinó. En Brasil y en Europa numerosos amigos se sorprendieron ante mi reacción. ¿Y Río, y San Pablo? Sin embargo es bien sencillo. A mí me gustan las grandes ciudades: en su seno se elaboran la psicología colectiva y los valores espirituales del mañana, pero las verdaderas grandes ciudades, las verdaderas metrópolis. Buenos Aires es una de ellas; no es el caso de San Pablo ni de Río de Janeiro: la primera, enajenada por la actividad, trepidante de dinamismo, es una Chicago que no todavía no ha encontrado su Nueva York; la segunda, lánguida, abigarrada, sabrosa, es una inmensa Niza sin París".
Pierre Restany*
Pierre Restany (1930-2003) fue un crítico de arte francés internacionalmente reconocido como fundador del movimiento artístico llamado Nuevo Realismo.
martes, 20 de setiembre de 2011
Salas líricas del mundo
Esta es una galería fotográfica de algunas de las salas líricas más importantes del viejo y del nuevo mundo. ¡Cuanta belleza para conocer y admirar!
La Scala, Milán, Italia
Opera de Monte Carlo, Monte Carlo, Mónaco
Teatro de San Carlos, Nápoles, Italia
Teatro Marlinksy, San Petersburgo, Rusia
Palacio Garnier, París, Francia
Opera del Estado de Baviera, Munich, Alemania
Teatro Mikhailovsky, San Petersburgo, Rusia
Teatro Amazonas, Manaos, Brasil
Romanian Athenaeum, Bucarest, Rumania
Metropolitan Opera House, Nueva York, EE. UU
Oslo Opera House, Oslo, Noruega
Drottningholm Palace Theatre, Estocolmo, Suecia
Teatro Colón, Buenos Aires, Argentina
Teatro Solís, Montevideo, Uruguay
domingo, 18 de setiembre de 2011
martes, 13 de setiembre de 2011
La venganza de Grecia
Si finalmente se produce la profetizada (y autocumplida) quiebra de Grecia, los bancos afectados por el impago no deben pensar que los gobernantes europeos titubearán a la hora de rescatarlos tanto como han vacilado para ayudar a Grecia desde el inicio de la crisis.
Al contrario: nada de cumbres frustradas, discusiones y planes de rescate lentísimos. Con los bancos todo será rapidez y eficacia: Alemania ya tiene diseñado un salvavidas para sus entidades, y el resto de países y autoridades económicas se apresuran a tener lista la manguera para abrir el grifo en cuando vean un atisbo de humo.
Qué diferencia de trato con los bancos y con Grecia. Mientras los primeros fueron rescatados al inicio de la crisis sin perder un minuto, y volverán a ser reflotados autómaticamente en cuanto haga falta, al país heleno sus socios europeos lo han dejado a la intemperie una y otra vez cuando más fuerte llovía, le han regateado la ayuda, le han impuesto condiciones durísimas, la han menospreciado y hasta humillado, la han dejado a merced de los especuladores, le han impuesto planes asfixiantes, le han torcido el brazo y la han puesto de rodillas, para al final dejarla caer, y tal vez expulsarla del club europeo.
Nada que ver con la banca, a la que se arropa al primer estornudo. Pero claro, a Grecia nunca se la consideró “too big to fail”, como se decía de las grandes entidades en 2008: eran demasiado grandes para caer, y había que socorrerlas para que no nos arrastrasen en su caída, mientras que Grecia era un pequeño país, en la periferia, con un PIB insignificante, un maldito PIG, prescindible y fastidioso.
Y ya ven ahora: la pequeña Grecia, la menospreciada y maltratada Grecia, puede ser la que se acabe llevando por delante toda Europa, si se cumplen los presagios que dicen que el impago griego será la chispa que termine por calcinar la economía mundial.
No me digan que no parece una venganza, incluso una cruel justicia poética: por no haber ayudado de verdad a Grecia cuando más lo necesitaba, ahora la tragedia griega puede convertirse en tragedia europea y mundial.
Y no será por culpa de los vilipendiados griegos, no caigamos en esa trampa: si toda una Europa se deshace por las dificultades de una economía que sólo supone el 2% del PIB comunitario, alguien más que los griegos ha debido de hacer las cosas rematadamente mal.
Un artículo de Isaac Rosa *
*Isaac Rosa (Sevilla, 1974) ha publicado las novelas 'La malamemoria' (1999), posteriormente reelaborada en '¡Otra maldita novela sobre la guerra civil!' (2007), 'El vano ayer' (2004, Premio Rómulo Gallegos, y llevada al cine con el título de "La vida en rojo"), 'El país del miedo' (2008, Premio Fundación J.M. Lara a la mejor novela del año) y 'La mano invisible' (2011).
domingo, 11 de setiembre de 2011
Internet 1996 - 2011
Esta interesante infografía nos muestra cuanto ha evolucionado internet en 15 años mediante una comparación de la web en 1996 y en 2011. Solo nos cabe imaginar (si podemos)como será en los próximos 15 años...
Created by: Online University
Created by: Online University
sábado, 10 de setiembre de 2011
El comercial más lindo
Que gran recuerdo de infancia es para mí este comercial de Parmalat llamado "Mamíferos". Es del año 1996 y lo considero una verdadera joyita. Seguro que la mayoría de ustedes lo conocen...
jueves, 8 de setiembre de 2011
La fotografía más famosa de la historia cumple 75 años
«Muerte de un miliciano» cumple 75 años sin saberse a ciencia cierta dónde la hizo Capa y si fue un disparo real.
Como en los mejores enigmas de la historia de la humanidad, ni siquiera se sabe cuándo es su cumpleaños exacto. Por no saber, ni se sabe si lo que el espectador tiene ante los ojos es una simulación o un doloroso hecho real, aunque nadie dude de su fuerte carga simbólica. «Muerte de un miliciano», la foto de Robert Capa que se transformó en emblema de la Guerra Civil española y que se tomó en tierras cordobesas, acaba de cumplir tres cuartos de siglo y a su alrededor no han hecho más que crecer las preguntas y escasear las respuestas, como si fuese un permanente misterio destinado a crecer con los años. Una exposición del fotógrafo Antonio Jesús González recorre ahora los lugares que visitó el reportero húngaro junto a su compañera sentimental, Gerda Taro, por la provincia de Córdoba a la búsqueda de imágenes de la Guerra Civil recién comenzada.
La imagen que la revista francesa «Vu» publicó el 23 de septiembre de 1936 y que comenzó a mostrar en el extranjero el horror de la contienda había llegado al siglo XXI asediada por las sombras de la duda y pasado el tiempo incluso lo que se tenía por cierto se empieza a demostrar falso. La temprana muerte de Robert Capa en 1954 al pisar una mina en Indochina terminó de ceñir de niebla todo lo referente a la imagen.
Hoy está en duda hasta la identidad del famoso miliciano. En 1995 se puso nombre al hombre que cae abatido por una bala: Federico Borrell García, apodado «Taíno», nacido en Benilloba, anarquista y enrolado en la Columna Alcoyana. Uno de sus compañeros lo había identificado gracias a las características cartucheras.
La identificación permitía datar la fotografía: 5 de septiembre de 1936, el día en que murió Federico Borrell. El lugar ya se conocía: Cerro Muriano, un tranquilo pasaje de Sierra Morena cuyo nombre se asocia a este episodio de la Guerra. Nada, sin embargo, lo certificaba. En el carrete, al final de la serie, había imágenes de civiles corriendo a refugiarse y varios elementos permitieron localizarlas en Cerro Muriano. Por extensión, también la fotografía, que se ubicó en el Cerro de la Coja.
En 2008 el panorama pareció aclararse con la publicación de parte de la secuencia de fotografías de aquel día que parecía ser 5 de septiembre de 1936, cuando la Columna Alcoyana defendía una posición hacia la que avanzaban las tropas del general Valera. La teoría sobre la toma de la imagen era de novela y cuenta que era la hora de la siesta, que los dos bandos guardaban. Quizá por petición de Robert Capa y Gerda Taro, un grupo de milicianos corrieron hacia el enemigo e hicieron amago de disparar, aunque sólo era una simulacro para tomar imágenes.
Una casualidad
La existencia de otras imágenes, en las que el supuesto Taíno aparece vivo junto a sus compañeros, podría corroborar esta hipótesis. La de Federico Borrell iba a ser una fotografía con gesto heroico, pero las tropas franquistas no entendieron el simulacro y abrieron fuego contra el miliciano alicantino, que quedó así plasmado en el momento de morir. El hallazgo en una maleta de parte de estas imágenes, expuestas en 2008, consagró la autenticidad de la fotografía. Ya estaba casi todo: la identidad del personaje, su muerte cierta en Cerro Muriano e incluso la mano izquierda que caía era, según los forenses, un signo de la muerte.
Pero las investigaciones no se detuvieron. El profesor de la Universidad del País Vasco José Manuel Susperregui se dedicó a estudiar la fotografía y en el verano de 2009 lanzó una hipótesis que ahora tiene mucha fuerza: la fotografía no se tomó en Cerro Muriano. Tras un concienzudo estudio del paisaje, determinó que el triángulo de tierra y sobre todo la sierra blanca correspondían a otro lugar que visitó Robert Capa en la misma época, también en tierras cordobesas. Era un cerro de Espejo, desde el que se divisa un paisaje de montañas que corresponde a la Sierra de Cabra. No sólo estudió esta imagen, sino también otras tres tomadas aquel mismo día, una de las cuales es de un miliciano muerto sobre el mismo campo.
Varios expertos internacionales dieron por buena esta hipótesis, aunque la ausencia del negativo original hace aumentar el misterio. Susperregui incluso insistió en que era un montaje, porque las fotos de soldados caídos en el mismo lugar así lo hacía pensar. Y sobre todo suponía que el protagonista de la imagen no era Federico Borrell, que no estuvo nunca en Espejo y que murió el 5 de septiembre de 1936 a los 24 años en Cerro Muriano. Es lo único absolutamente cierto de una historia en la que puede que no tuviera más protagonismo que el de todos los caídos en la Guerra Civil y que quedaron simbolizados en la inmortal fotografía de Robert Capa.
Vía │ ABC.es
lunes, 5 de setiembre de 2011
¿Vivimos dentro de un agujero negro?
Es una inquietante posibilidad que, sin embargo, algunos científicos se están tomando muy en serio.
La idea de que todo nuestro Universo podría estar dentro de un agujero negro es una conclusión que se basa en una modificación de las ecuaciones de la relatividad general de Einstein, esas que explican, entre otras cosas, lo que sucede en el interior de uno de estos devoradores espaciales de materia.
A partir de un detallado análisis del movimiento de las partículas que entran en un agujero negro, Nikodem Poplawski, de la Universidad de Indiana, ha llegado a la conclusión de que, en realidad, existe todo un universo dentro de cada agujero negro. Su teoría acaba de publicarse en Physics Letters y ha sido recogida por New Scientist.
"Pudiera ser -dice Poplawski- que los grandes agujeros negros que hay en en centro de la Vía Láctea y de otras galaxias sean, en realidad, puentes hacia otros universos". Si la hipótesis se revela correcta, nada nos impide pensar que también el universo en que vivimos se encuentra, en realidad, dentro de un agujero negro.
Según las teorías de Einstein, en el interior de cada agujero negro existe una "singularidad", una región de espacio en la que la densidad de la materia tiende a infinito. La enorme fuerza de gravedad de ese condensado ultradenso de materia es tal, que ni siquiera la luz puede escapar de él. Por eso, para nosotros esos objetos son "negros", porque no emiten luz y no podemos verlos, ni obtener, en teoría, ninguna clase de información procedente de su interior.
Sin embargo, y dado que nunca ha podido comprobarse directamente, la Física no tiene del todo claro lo que es realmente una singularidad. ¿Un simple punto de densidad infinita o una especie de irregularidad matemática? Por desgracia, igual que la materia misma, también todas nuestras ecuaciones se "rompen" cuando intentan explicar lo que sucede dentro de un agujero negro.
La propiedad de la «torsión»
Pero una sutil modificación en las ecuaciones originales de Einstein puede dar unos resultados completamente distintos. Y eso es precisamente lo que ha hecho Poplawski. Para su análisis, el científico se basó en la variante Einstein- Cartan- Kibble- Sciama (más conocida por las iniciales de los cuatro investigadores, ECKS). A diferencia de las ecuaciones de Einstein, el modelo ECKS tiene en cuenta el espín (o momento angular) de las partículas elementales. Lo que permite calcular una propiedad de la geometría del espacio tiempo que los físicos llaman "torsión".
Cuando la densidad de la materia alcanza proporciones enormes dentro de un agujero negro (del orden de 10 elevado a 50 kg por metro cúbico), la torsión se manifiesta como una fuerza que se opone a la gravedad, lo que impide a la materia seguir comprimiéndose indefinidamente en pos de la densidad infinita. Lo que significa, en pocas palabras, que no hay singularidad. En su lugar, asegura Poplawski, la materia "rebota" y empieza de nuevo a expandirse.
Con estas premisas, el científico ha aplicado ahora sus ideas para realizar un modelo del comportamiento del espacio-tiempo dentro de un agujero negro en el instante en que éste empieza a "rebotar". Se podría entender el fenómeno pensando en lo que sucede cuando ejercemos presión sobre un muelle: al soltarlo, rebota con fuerza y vuelve a estirtarse.
De la misma forma, opina Poplawski, al principio la gravedad es más fuerte que la fuerza repulsiva de torsión, y por lo tanto empieza a comprimir la materia; pero la repulsión se va haciendo cada vez más y más fuerte hasta que la materia deja de colapsar y rebota, expandiéndose de nuevo.
En otro universo
Los cálculos del físico muestran que el espacio-tiempo en el interior de un agujero negro se expande cerca de 1,4 veces su tamaño mínimo en apenas 10 elevado a -46 segundos, lo que es una cantidad inimaginablemente corta de tiempo (uno partido por uno y 46 ceros). Y es, según Poplawski, precisamente este rapidísimo rebote lo que dio origen a la expansión del universo que podemos observar en la actualidad.
Pero, ¿cómo podemos saber si efectivamente estamos o no viviendo dentro de un agujero negro? Si Poplawski tuviera razón, ninguno de nosotros estaría viviendo dentro de lo que consideramos "nuestro" universo, sino en el interior de un agujero negro que estáría en "otro" universo diferente. Y para comprobarlo no tenemos más que medir si existe una "dirección preferida" en nuestro propio universo.
Un agujero negro en rotación, en efecto, transmite una parte de su espín al espacio-tiempo que hay en su interior, lo que conlleva una violación de la simetría que une el espacio con el tiempo. Y se da la circunstancia de que, en lo que consideramos como nuestro universo, esa rotura de simetría ha dejado una pista: la forma en que los neutrinos oscilan entre sus formas de materia y de antimateria.
¿Demasiado retorcido? Puede ser, pero desde luego la idea sirve para obtener algunas respuestas que hasta ahora nos estaban vedadas. Sólo el futuro, y nuevas investigaciones, nos dirán si Poplawski tiene, o no, razón.
Vía │ ABC.es
A partir de un detallado análisis del movimiento de las partículas que entran en un agujero negro, Nikodem Poplawski, de la Universidad de Indiana, ha llegado a la conclusión de que, en realidad, existe todo un universo dentro de cada agujero negro. Su teoría acaba de publicarse en Physics Letters y ha sido recogida por New Scientist.
"Pudiera ser -dice Poplawski- que los grandes agujeros negros que hay en en centro de la Vía Láctea y de otras galaxias sean, en realidad, puentes hacia otros universos". Si la hipótesis se revela correcta, nada nos impide pensar que también el universo en que vivimos se encuentra, en realidad, dentro de un agujero negro.
Según las teorías de Einstein, en el interior de cada agujero negro existe una "singularidad", una región de espacio en la que la densidad de la materia tiende a infinito. La enorme fuerza de gravedad de ese condensado ultradenso de materia es tal, que ni siquiera la luz puede escapar de él. Por eso, para nosotros esos objetos son "negros", porque no emiten luz y no podemos verlos, ni obtener, en teoría, ninguna clase de información procedente de su interior.
Sin embargo, y dado que nunca ha podido comprobarse directamente, la Física no tiene del todo claro lo que es realmente una singularidad. ¿Un simple punto de densidad infinita o una especie de irregularidad matemática? Por desgracia, igual que la materia misma, también todas nuestras ecuaciones se "rompen" cuando intentan explicar lo que sucede dentro de un agujero negro.
La propiedad de la «torsión»
Pero una sutil modificación en las ecuaciones originales de Einstein puede dar unos resultados completamente distintos. Y eso es precisamente lo que ha hecho Poplawski. Para su análisis, el científico se basó en la variante Einstein- Cartan- Kibble- Sciama (más conocida por las iniciales de los cuatro investigadores, ECKS). A diferencia de las ecuaciones de Einstein, el modelo ECKS tiene en cuenta el espín (o momento angular) de las partículas elementales. Lo que permite calcular una propiedad de la geometría del espacio tiempo que los físicos llaman "torsión".
Cuando la densidad de la materia alcanza proporciones enormes dentro de un agujero negro (del orden de 10 elevado a 50 kg por metro cúbico), la torsión se manifiesta como una fuerza que se opone a la gravedad, lo que impide a la materia seguir comprimiéndose indefinidamente en pos de la densidad infinita. Lo que significa, en pocas palabras, que no hay singularidad. En su lugar, asegura Poplawski, la materia "rebota" y empieza de nuevo a expandirse.
Con estas premisas, el científico ha aplicado ahora sus ideas para realizar un modelo del comportamiento del espacio-tiempo dentro de un agujero negro en el instante en que éste empieza a "rebotar". Se podría entender el fenómeno pensando en lo que sucede cuando ejercemos presión sobre un muelle: al soltarlo, rebota con fuerza y vuelve a estirtarse.
De la misma forma, opina Poplawski, al principio la gravedad es más fuerte que la fuerza repulsiva de torsión, y por lo tanto empieza a comprimir la materia; pero la repulsión se va haciendo cada vez más y más fuerte hasta que la materia deja de colapsar y rebota, expandiéndose de nuevo.
En otro universo
Los cálculos del físico muestran que el espacio-tiempo en el interior de un agujero negro se expande cerca de 1,4 veces su tamaño mínimo en apenas 10 elevado a -46 segundos, lo que es una cantidad inimaginablemente corta de tiempo (uno partido por uno y 46 ceros). Y es, según Poplawski, precisamente este rapidísimo rebote lo que dio origen a la expansión del universo que podemos observar en la actualidad.
Pero, ¿cómo podemos saber si efectivamente estamos o no viviendo dentro de un agujero negro? Si Poplawski tuviera razón, ninguno de nosotros estaría viviendo dentro de lo que consideramos "nuestro" universo, sino en el interior de un agujero negro que estáría en "otro" universo diferente. Y para comprobarlo no tenemos más que medir si existe una "dirección preferida" en nuestro propio universo.
Un agujero negro en rotación, en efecto, transmite una parte de su espín al espacio-tiempo que hay en su interior, lo que conlleva una violación de la simetría que une el espacio con el tiempo. Y se da la circunstancia de que, en lo que consideramos como nuestro universo, esa rotura de simetría ha dejado una pista: la forma en que los neutrinos oscilan entre sus formas de materia y de antimateria.
¿Demasiado retorcido? Puede ser, pero desde luego la idea sirve para obtener algunas respuestas que hasta ahora nos estaban vedadas. Sólo el futuro, y nuevas investigaciones, nos dirán si Poplawski tiene, o no, razón.
Vía │ ABC.es