jueves, 25 de junio de 2015

Hablo a quien lee...


Si buscas la verdad, yo te convido á que leas, sino mas del deleyte y policía, cierra el libro, satisfecho de que tan á tiempo te desengañe.

Ni el arte, ni la lisonja han sido parciales á mi escritura: aquí no hallarás citadas sentencias ó aforismos de filósofos políticos, todo es del que lo escribe. Muchos casos sí se refieren de que las puedes formar, si con juicio discurres por la naturaleza de estos sucesos: entónces será tuyo el útil, como el trabajo mio, sacando de mis letras doctrina por tí mismo; y ambos así nos llamarémos autores, yo con lo que te refiero, tú con lo que te persuades.

Ofrezco á los venideros un exemplo, a los presentes un desengaño, un consuelo á los pasados. Cuento los accidentes de un siglo que les puede servir á estos, aquellos y esotros con lecciones tan diferentes.

Algunos condenarán mi Historia de triste. No hay modo de referir tragedias sino con términos graves. Las sales de Marcial, las fábulas de Plauto jamas se sirviéron ó representáron en la mesa de Livio.

Si alguna vez la pluma corriere tras la armonia de las razones, certifícote que en nada entró el artificio, sino que la materia entónces mas deleytable la lleva apaciblemente.

Hablo de las acciones de grandes príncipes y otros hombres de superior estado: lo primero se excusa siempre que se pue de, y quando se llega á hablar de los reyes, es con suma reverencia á la púrpura; pero esa es condicion de las llagas, no dexarse manejar sin dolor y sangre.

Muchos te parecerán secretos, no lo han sido á mi inteligencia, ninguno juzga temerariamente, sino aquel que afirma lo que no sabe. No es secreto lo que está entre pocos, de estos escribo.

Llamo á los soldados del exército del rey D. Fe1ipe algunas veces Católicos como á su rey: no se quejan los mas de esta separacion, sigo la voz de historiadores. Otras, veces los nombro Españoles, Castellanos ó Reales; siempre entiendo la misma gente. Para todos quisiera el mejor nombre.

Procuro no faltar á la imitacion de los sugetos quando hablo por ellos, ni á la semejanza quando hablo de ellos. En inquirir y retratar afectos pocos han sido mas cuidadosos, si lo he conseguido,. dicha ha sido de la experiencia que tuve de casi todos los hombres de que trato. He deseado mostrar sus ánimos, no los vestidos de seda, lana, ó pieles, sobre que tanto se desveló un historiador grande de estos años, estimado en el mundo.

Si en algo te he servido, pídote que no te entrometas á saber de mí mas de lo que quiero decirte. Yo te inculco mi juicio, como le he recibido en suerte: no te ofrezco mi, persona, que no es del caso para que perdones ó condenes mis escritos. Sino te agrado, no vuelvas á leerme, y si te obligo, perdónote el agradecimiento: no es temor, como no es vanidad. Largo es el teatro, dilatada la tragedia, otra vez nos toparémos, ya me conocerás por la voz, yo á tí por la censura.

De la "Historia de los movimientos, separación y guerra de Cataluña, en tiempo de Felipe IV" por Francisco Manuel de Melo (1609-1666)