domingo, 26 de setiembre de 2010

Si yo fuera rico...




Sobre la pendiente de alguna colina boscosa, tendría una pequeña casa rústica, una casa blanca, con las persianas verdes.

Aunque el techo de paja sea en toda estación el mejor de todos, yo preferiría la teja, porque tiene el aspecto más limpio y más alegre que la paja. Además, es así como se cubren las casas en mi pueblo y esto me recordaría un poco los felices tiempos de mi juventud.

Yo tendría como patio un corral, y por cuadra un establo con vacas para tener leche, que me gusta mucho. Tendría un huerto por jardín, y como parque una quinta. Los frutos estarían al alcance de los paseantes, no serían ni contados ni recogidos por mi jardinero... Esta pequeña prodigalidad sería poco costosa, porque yo hubiera elegido mi asilo en alguna provincia alejada donde poco se ve el dinero, pero donde abundan mucho los productos de la tierra y donde reinan la abundancia y la pobreza.

El comedor estaría por todas partes, en el jardín, en un bote, bajo un árbol, algunas veces lejos de la casa, cerca de una fuente viva, sobre la hierba verdeante y fresca, bajo bosquecillos de arbustos. Tendría el pasto por mesa y por silla; los bordes de la fuente servirían de aparador y el postre pendería de los árboles.

Los manjares estarían servidos sin orden, nada de importunos lacayos escuchando nuestras conversaciones, divirtiéndose en hacernos esperar la bebida y murmurando contra nosotros porque siempre les parecerá que nos quedamos mucho tiempo en la mesa. Nosotros seríamos nuestros lacayos para ser nuestros amos. Cada uno estaría servido por todos y el tiempo pasaría sin contarlo.

El momento de las comidas sería también el del reposo.

Si cerca de nosotros pasase un campesino que vuelve del trabajo, con sus herramientas al hombro, yo le alegraría el corazón con algunas buenas palabras y con algunas copas de buen vino que le harían soportar más alegremente su miseria.

Y tendría el placer de decirme en secreto:

- Todavía soy un hombre...


Juan Jacobo Rousseau

sábado, 18 de setiembre de 2010

El mapa del mundo del gorro del bufón

Esta imágen bastante siniestra, es uno de los mayores misterios en la historia de la cartografía occidental. Muy a menudo se refiere a esta simplemente como Mapa del mundo del gorro del bufón; no se sabe por qué, cuándo, dónde y por quién fue hecho. Lo único que se puede decir acerca de esto con alguna certeza es que puede datarse entre 1580-1590.

domingo, 12 de setiembre de 2010

Bombones Garoto: el regalo más rico del mundo...



Los turistas que viajan a Brasil, al regresar suelen obsequiar cajas de bombones y chocolates Garoto a sus familiares y seres queridos ¡es toda una tradición!. Estos deliciosos productos son tan populares, que pueden adquirirse en cualquier supermercado o tienda de Brasil.

Garoto es uno de los tres fabricantes de chocolates más destacados de todo el Hemisferio Sur y posee un parque industrial de avanzada tecnología que está situado en Vila Velha (municipio vecino de Vitoria). Las fábricas Garoto poseen una capacidad para producir aproximadamente 140 mil toneladas de chocolate al año, considerándose un ritmo de trabajo equivalente a 3 turnos de producción.

-Resumiendo brevemente la historia de Garoto:

En el año 1936, la empresa comenzó a industrializar el cacao y fabricó sus primeros chocolates. A posteriori, en 1949, lanzaron el popular y delicioso bombón “Serenata de Amor” y unos años más tarde aparecieron las conocidas cajas amarillas de bombones surtidos. Cabe destacar que estas cajas aún se siguen comercializando y son las que poseen más demanda por los turistas.

En la actualidad, podrás encontrar los más variados bombones de frutas tropicales bañados en chocolate, así como también tabletas de chocolate con leche, chocolates con trozos de castañas de cajú ¡y muchas opciones más!

Cuando visites Brasil, no olvides probar estas delicias ¡y de compartirlas con tus seres queridos!

lunes, 6 de setiembre de 2010

La moneda más grande



Un grupo de niños australianos hacían siempre la misma broma al más pequeño de todos ellos. Le enseñaban dos monedas, una la más grande (de un dólar australiano) y otra más pequeña (la de dos dólares) y le decían que eligiera una de ellas para quedársela. El pequeño siempre elegía la más grande (de menor valor), lo que provocaba la risa de los otros.

Cierto día, una persona mayor que paseaba por el parque donde jugaban observó la escena y vio cómo el pequeño elegía la de menor valor, pero mayor tamaño, y se quedaba con ella. Al ver cómo los demás se reían de él, le llamó para aleccionarle:

– Mira hijo –le comentó– cada vez que te enseñen unas monedas y te den a elegir, debes tener en cuenta el valor que tienen y no sólo el tamaño. De las dos que te han mostrado has cogido la más grande, supongo porque has creído que era la de mayor valor; sin embargo, es la más pequeña la que mayor valor tiene.

El niño le escuchó atentamente y contestó:

– Muchas gracias, señor. Le agradezco su consejo, pero ¿si hubiera cogido la de más valor el primer día, cuántas veces me habrían dejado elegir? Probablemente, no habría ganado todos los dólares que me ha dado este juego.

Vía │ Buenos Hábitos

sábado, 4 de setiembre de 2010

Aburridos...

Una generación que no soporta el aburrimiento es una generación de escaso valor.

– Bertrand Russell, filósofo.

CodeOrgan: páginas web convertidas en música



CodeOrgan es una simpática web que convierte cualquier página web en música. En el «análisis de la web» básicamente se utiliza el código HTML de la página: se extraen todas las letras entre la A y la F, que se corresponden a las notas de la escala musical, y según su frecuencia y algún otro factor «mágico» se crean ritmos para los diversos instrumentos. Una vez lista la partitura y el ritmo, la diversión musical está garantizada.
 
Vía │ Microsiervos